España logró el pasado septiembre, tras un año y medio de pandemia, superar por fin el nivel de empleo precrisis al alcanzar los 19,55 millones de afiliados a la Seguridad Social en dato desestacionalizado (un parámetro muy útil en economías como la española, que sufre grandes variaciones de empleo según la época del año).
Sin embargo, a esta recuperación hay que ponerle un gran asterisco encima que no se puede obviar. A día de hoy, todavía siguen acogidos a un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) unos 239.000 asalariados, de los cuales 162.000 se encuentran en una suspensión total de trabajo, y unos 226.000 autónomos cobran la prestación por cese de actividad. Es decir, entre estos dos grupos, aún hay medio millón de afiliados a la Seguridad Social que actualmente reciben algún tipo de ayuda del Estado para seguir cotizando, porque la empresa o el sector en el que se emplean todavía no se ha recuperado del todo.
Por comunidades autónomas, se observa que, con los datos de septiembre, ya hay 13 autonomías que cuentan con más ocupados que en el mismo mes de septiembre de 2019 (el último septiembre anterior al inicio de la pandemia). Las únicas cuatro que todavía no están por encima de la barrera de hace dos años son el Principado de Asturias, el archipiélago balear, las islas Canarias y el País Vasco, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
No obstante, si a la estadística de Seguridad Social se le restasen los trabajadores en ERTE, solo ocho comunidades superarían el nivel de afiliación previo a la crisis. Y, por último, si también se quitara de la ecuación a los autónomos que cobran una prestación por cese extraordinario de la actividad, solo cuatro regiones tendrían a día de hoy más cotizantes que hace dos ejercicios: la Comunidad Valenciana (con 19.995 ocupados más), Murcia (con 13.777 trabajadores más), Castilla-La Mancha (9.699 más) y Navarra (1.753 más).
En el lado contrario, Canarias es la que más lejos está de recuperar el nivel de empleo que tenía en septiembre de 2019, con 65.187 afiliados menos. De cerca le sigue Cataluña, que tiene 64.082 ocupados menos que entonces. El tercer puesto por la cola es para las islas Baleares, que, sin contar los ERTE ni los beneficiarios de las ayudas para autónomos, aún le restan 54.391 empleos por recuperar.
“Territorialmente podemos ver cómo la mayoría de las comunidades están ya por encima del nivel de empleo previo a la pandemia. La parte noroeste de la Península es la que muestra todavía un comportamiento peor y fundamentalmente los dos archipiélagos. Las dos situaciones son muy distintas. En las islas lo que se observa es el fortísimo impacto de la pandemia sobre el sector turístico y el comercial en esos territorios.
Mientras que en la cornisa cantábrica y en el sector noroeste lo que se refleja es un comportamiento previo a la pandemia y que no tiene tanto que ver con ella, en parte provocado por el envejecimiento demográfico de esos territorios”, había explicado el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, durante la presentación de los datos de septiembre.