Esas tres palabras pueden resumir los temas de conversación que el gran consumo ha puesto encima de la mesa en su gran cita sectorial, el Congreso Aecoc, que celebra en Barcelona su 36 edición. Y lo hace en un momento clave, el del cierre del año, en el que el Black Friday la campaña de Navidad decantan buena parte de los ingresos del año, y en el que el consumo pre pandemia se ve amenazado por una fuerte alza de costes que empieza a trasladarse al precio de venta. Lo muestra el dato de la inflación de septiembre, con un alza interanual del 4%, y lo reconocen las propias compañías, ante un escenario que promete quedarse durante unos cuantos meses.
“No tiene pinta que esa presión se vaya a quedar en el corto plazo. En tres meses no va a bajar el precio de la energía o de las materias primas. No va a ser una situación fácil en el futuro y puede ser incluso peor”, dijo ayer el presidente de Aecoc, Ignacio González, que identificó esta situación como una amenaza para la recuperación económica tras la pandemia. “Es difícil que esto no afecte a las empresas. Cuando las compañías tienen incrementos en sus insumos, es complicado que no se traslade. Pero más allá de todo lo que no puedan absorber, estamos condenados a tener inflación como país”. Y sentenció: “los próximos meses van a ser de este estilo o peor”.
Una situación que definió como “tormenta perfecta”, en la que confluyen el alza de los costes energéticos, de las materias primas, o del transporte de mercancías, y otros aspectos de índole legislativa y fiscal, que, a juicio del presidente de la patronal del gran consumo, aportan un grado más de incertidumbre. “Estamos ante un incremento inusitado de la presión regulatoria”, dijo, pidiendo además una “fiscalidad estable y reflexiva”. “Queremos estar liderando la recuperación. El tejido empresarial demanda más participación en la toma de decisiones, que se nos escuche. Y hay circunstancias en las que no nos sentimos escuchados”, apuntó.
Un cóctel que ya se traslada al cliente. Ignacio Muñoz, consejero delegado de Angulas Aguinaga, reconoció que la compañía ha tenido que subir precios en algunas de sus referencias. “Lo importante es proteger la estructura financiera. Es la rueda que mueve todo lo que hacemos. Nos permite seguir innovando para ofrecer soluciones al consumidor por las que está dispuesto a pagar, y, por tanto, para mantener el margen”, analizó. También reconoció que está adelantando acuerdos de aprovisionamiento de materias primas “para que lleguen en fecha o incluso antes”.
El director general de Campofrío, Javier Dueñas, también reconoció que la subida de precios “será algo que habrá que afrontar si la situación continúa así”. “Estamos revisando todo el portfolio de marcas, posicionamientos, procesos… Es algo que estudiamos”. También Judith Vlader, consejera delegada de Frit Ravich, Judith Viader, que antes de la pandemia facturaba cerca de 250 millones, reconoció que “vamos a tener que subir precios”.
Ante ello, el sector se aferra al ahorro acumulado durante la pandemia, y que se cifra en un total 120.000 millones de euros, para cerrar el año con unos buenos datos de consumo. “Es la medida más cortoplacista para poder compensar la situación. En verano ese ahorro salió. También el último puente del Pilar, en el que se rozaron cifras de 2019. Confiamos en que las ganas de salir y hacer cosas compensen la coyuntura. Octubre también empezó en buenos niveles. Por eso somos prudentemente optimistas, tanto por lo que ha pasado en los últimos meses como por las perspectivas de compras”, ha afirmado Ignacio González, también CEO de Nueva Pescanova.
De ese ahorro, el sector señala aquel que se acumuló por no poder efectuar gasto durante los meses de restricciones a comercios y hostelería. Este supone el 45% de esos 120.000 millones, alrededor de 45.000 millones de euros. “Tenemos esperanzas prudentes de que una parte se gaste de cara a Navidad, si no hay noticias sanitarias en contra y si el panorama económico y fiscal no sufre grandes alteraciones”, ha explicado González.