Nueve de cada diez empresarios ven muy cerca la recesión

Nueve de cada diez empresarios ven muy cerca la recesión

Nueve de cada diez empresas (86,7%) consideran muy o bastante importante el riesgo de la recesión económica, frente al 4,2% que muestran poca o ninguna preocupación por que la economía española pueda entrar en recesión en los próximos trimestres. Así se concluye del Estudio sobre Clima Empresarial en España elaborado por Sigmados para la Cámara de Comercio de España.

La preocupación por una posible recesión económica a finales de este año y principios del que viene comienza a calar en todos los estratos de la sociedad. Si en los últimos meses distintas instituciones han ido moderando sus previsiones de crecimiento, con algunas, como el centro de estudios del BBVA, incluso hablando de recesión técnica, ahora los empresarios también alzan la voz de alarma.

Así, el 87% de los encuestados, a la pregunta de qué grado de importancia tiene el riesgo de la recesión económica, aseguran que es muy o bastante importante. Son las empresas del sector de la hostelería las que ven este peligro más cercano (el 89,7%), mientras que la industria es la que más lejano lo ve (85,3%). En cuanto al tamaño de las compañías, cuanto más grande es menos estima el peligro de una recesión: son el 89,1% de las que tienen entre 6 y 10 empleados, mientras que el porcentaje desciende hasta el 75,7% para aquellas con más de 250 trabajadores.

Durante la presentación del informe, el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, manifestó que hay "nerviosismo en las empresas españolas" ante la actual situación económica, aunque aseveró que no comparte el diagnóstico de los empresarios: "No creemos en una recesión, pero sí en tiempos difíciles". Bonet habló de una asimetría en cuanto a la evolución económica, que hará que haya sectores productivos que sufran más las consecuencias que otros.

El presidente de la Cámara citó los sectores del automóvil, que pese al PERTE del vehículo eléctrico y a ser fundamental para la economía española está sufriendo por la crisis de suministros; y el comercio, al que Bonet le pide que se ponga las pilas: "Va a depender mucho de su propia ambición, de que se digitalice". La pasada semana, la Cámara de Comercio presentó sus previsiones de crecimiento para la economía española, en la que moderaba la evolución del PIB. Estas incluían crecimiento negativo intertrimestral a principios de 2023. Pese a ello, Raúl Mínguez, director de Estudios, no quiso referirse a una posible recesión técnica.

Todavía quedan meses antes de llegar a ese primer trimestre del año en el que la actividad económica, si no se retrae, sí frenará de forma considerable, según previsiones como la del Banco de España. Sin embargo, ya a lo largo de todo este año las empresas españolas han experimentado severos problemas que ha condicionado su día a día. De hecho, la encuesta recoge un mayoritario pesimismo para lo que resta de este año. El 59,2% de las empresas son poco o nada optimistas, entre otras cosas por las dificultades que los han acompañado todo el año.

En concreto, el problema más común es el del encarecimiento de los precios de la energía y de las materias primas, que aqueja al 80,8% de las empresas. En el último año el coste de la energía para las empresas ha escalado hasta el punto que para aquellas más frágiles puede suponer una amenaza a su supervivencia. Lo mismo ha pasado con las materias primas, ya que los cuellos de botella han conducido a su encarecimiento, así como a su escasez. Precisamente esta escasez es la segunda dificultad que más afecta a las empresas, al suponer problemas para un 42,6% de ellas. El incremento de costes laborales, por su parte, dificulta al 34,3% de las compañías.

Además "las perspectivas para el empleo son negativas", tal y como señaló Rosa Díaz, directora general de Sigmados. La buena evolución laboral se detuvo en agosto, con 40.000 parados más y 190.000 cotizantes menos, lo que supuso el inicio de una etapa de ralentización en el mercado laboral. De hecho, las empresas consultadas planean seguir contratando en 2023, pero a un ritmo mucho menor de lo que ha venido haciendo este año. Las previsiones de la Cámara de Comercio contemplan un crecimiento del empleo del 2,8% al cierre de este año y del 1,4% de cara a 2023, en consonancia con el crecimiento del PIB. La contratación también será desigual en función del tamaño de la empresa y con caídas destacadas en hostelería y construcción que se verán compensadas por el impulso del empleo industrial.