En cuanto al diseño de un plan de consolidación fiscal a medio plazo, que vienen reclamando organismos como el Banco de España, la Airef o el FMI (y socios como Alemania), la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sostuvo que “no habrá plan de reequilibrio hasta que no pase este tsunami que ha vivido la economía”, se recupere el PIB precrisis y la UE reactive los objetivos de déficit (lo que previsiblemente no ocurra hasta 2023).
“No estamos en este momento en condiciones de aplicar una política de ajustes o de recortes, ese plan de reequilibrio tiene que venir del incremento de la recaudación”, o “del ajuste del gasto, cosa que me parece impensable pedirles a las comunidades autónomas en temas tan sensibles como Sanidad, Educación o servicios sociales”, defendió la titular de Hacienda.
“Esto no significa que no se vaya a intentar seguir avanzando en consolidación fiscal”, adujo, recordando que el Gobierno prevé rebajar el déficit ya este año, del 10,9% de 2020 al entorno de 7,7% (cifra que actualizará a finales de abril), gracias al repunte del PIB. Sin embargo, defendió, “no hay situación económica que aconseje a las administraciones acometer un plan de reequilibrio que podría mermar la capacidad de recuperación”, defendió.
Montero también descartó que baraje un alza fiscal en 2022, aunque recordó que el FMI propone una subida temporal de tributos a rentas altas, fortunas y grandes empresas para sufragar la crisis, después de que Fedea criticara ayer que el Plan de Recuperación apueste por una subida “indiscriminada y poco meditada” de impuestos.