A pesar de la recuperación económica tras la pandemia, el 56% de las pymes españolas necesitó financiación en el primer semestre de 2021. Se trata de un porcentaje elevado, ya que el dato de 2019, que se toma como referencia al ser el último año antes del Covid-19, fue del 34%. Es la principal conclusión que se desprende del X Informe sobre Financiación de la Pyme en España, presentado por la Confederación Española de Sociedades de garantía (SGR-Cesgar).
El estudio, que incluye todos los sectores de la actividad e incluye a los autónomos, refleja que tan solo el 30% de las pequeñas y medianas empresas han iniciado la recuperación económica. Otro 30% se mantiene en una situación estable mientras que el 37,4% asegura que su situación ha empeorado respecto a 2020.
En lo que respecta al uso de productos financieros, el crédito comercial (24,2%) y los préstamos bancarios (23,9%) han sido los más utilizados, por encima de las líneas avaladas por el ICO (22,5%), las líneas de crédito bancario (21,5%) y el leasing (12,5%). De todas ellas, destaca que las líneas ICO, una de las medidas estrella para inyectar liquidez, han sido utilizadas por una de cada cuatro pymes. Los sectores más afectados por las restricciones a la movilidad, como Transporte (46,4%) y Hostelería y restauración (44,2%) son los que más han utilizado estos instrumentos de financiación.
La mayor parte de las pymes ha requerido la financiación para el circulante (el 76%). Le sigue la financiación destinada a la inversión (27%). También destaca que el 20% de las pymes han realizado inversiones relacionadas con la digitalización y el 3,7% ha destinado los fondos a su expansión en el mercado nacional. Entre las mayores dificultades señaladas por las empresas a la hora de recibir la financiación se encuentra la falta de garantías solicitadas (18,3%) y el precio asociado a los productos contratados (17%).
En cuanto a las perspectivas para el próximo año, el informe indica que son positivas: el 47,7% de las empresas considera que su facturación aumentará en los próximos 12 meses. El 41% estima que se mantendrá estable. No obstante, a pesar de los mejores indicadores, el 78,9% de las pymes considera que no aumentará su plantilla y que el empleo permanecerá estable.