Más de 680.000 parados están excluidos de las cifras oficiales de desempleo

Más de 680.000 parados están excluidos de las cifras oficiales de desempleo

Los datos del desempleo siempre varían según las fuentes usadas, bien la EPA, bien el registro de los Servicios Públicos de Empleo. Centrándonos en la estadística del INE, durante el pasado año perdieron su empleo 622.600 personas. Sin embargo, los expertos alertan de los 740.000 trabajadores que están amparados en un Erte “que, de no existir esta herramienta, una buena parte habría engrosado las listas de desempleo”. Pero además hay que sumar otras 680.300 personas en lo que se denomina el desempleo oculto, según datos manejados por UGT. Alberto del Pozo, director del Gabinete de Estudios del sindicato, explica que implica un crecimiento de 175.000 personas sobre 2019.

La central que lidera Pepe Álvarez apunta que a las cifras oficiales es necesario añadir a quienes se han quedado sin empleo, pero no se encuentran inscritos en el desempleo. Bien porque no han podido cumplir con el requisito de búsqueda activa de empleo (por las restricciones o cierres de empresas), bien porque no están disponibles para incorporarse a un empleo por razones de cuidado de personas dependientes, quedando fuera del concepto de desempleo e incluidas en el de inactividad. De estos 680.300 parados encubiertos a finales de 2020, el 60% eran mujeres.

Este colectivo se compone, según datos de la EPA, del grupo de los «desanimados» que durante el año pasado se mantuvo estable en unos 300.000, en el cuarto trimestre 294.500. Pero los cambios abruptos se han producido en el grupo de «resto de activo potenciales» que recoge a las personas que quieren trabajar, como los desanimados, pero que según la EPA no cumplen con alguno de los requisitos, principalmente el de estar en búsqueda activa de empleo. Y aquí se han producido grandes variaciones durante el pasado año.

En concreto, en el primer trimestre se incrementó en 106.000 personas, hasta 315.000; pero el incremento fue demoledor en el segundo trimestre, inexistente en la serie, con 884.400 personas más hasta los 1,2 millones. En el tercer trimestre se produjo un descenso abrupto y algo menor en el cuarta hasta colocarse en 384.000 las personas que queriendo trabajar, la EPA no las contabilizó por incumplir sus requisitos. La mezcla de ambos deriva en los 680.300.

En UGT remarcan que tanto los Ertes como el paro oculto han permitido que las estadísticas no muestren una sangría mayor en términos de desempleo. Lo que permite que la tasa de paro se haya situado a finales de 2020 en un 16,13%, 0,13 puntos por debajo del tercer trimestre, pero 2,35 puntos más elevada que a finales de 2019. Mientras, el registro del desempleo de enero notifica 3.964.353 personas, lo que implica un ascenso desde diciembre del 1,96% y una subida anual del 21,84% (710.500 personas más en el registro en un año).

Y alertan del efecto en varios colectivos. El primero, el de las mujeres, donde el desempleo ha empeorado, con una tasa del 18,33%, frente al 14,17% de los hombres y el de los jóvenes, con una tasa de paro entre los menores de 25 años del 40,13%, con jóvenes que quieren acceder por primera vez a un empleo y no pueden. Pero un tercer colectivo que señalan desde el sindicato son los mayores de 55 años, colectivo en el que ha repuntado el desempleo, hasta una tasa del 12,5%.

Otro elemento preocupante que destaca el informe de UGT es el paro de larga duración. El 41% de las personas en búsqueda supera el año; de los que el 23,8% lleva ya más de dos años y el 17,1% entre uno y dos años. Es precisamente en este grupo donde se ha registrado un repunte, pues desde que arrancó la pandemia ha sido difícil encontrar un empleo. En concreto, este colectivo ha aumentado casi en cuatro puntos sobre 2019.

En positivo, según el informe de UGT la bajada de los precios ha permitido que aumente el poder adquisitivo de los salarios, concretamente un 2,2% gracias a un incremento en convenio del 1,9% y una reducción del 0,3% en el PC.