Estados Unidos y España se rigen por sistemas jurídicos diferentes, pero los profesionales que ejercen la abogacía en cada uno de estos países comparten una serie de preocupaciones comunes, centradas en torno a la defensa del Estado de derecho y la mejora del ejercicio de la profesión en sus respectivos ámbitos. En concreto, la pandemia ha puesto de relieve la importancia de aspectos como la necesidad de adaptación a la tecnología, la amenaza de la ciberseguridad o la situación de la mujer en el sector. La celebración de la Open Session de la World Jurist Association (WJA) ha dado la ocasión de comparar la situación en ambos países, a través de sendas conversaciones con Javier Cremades, presidente de esta organización, fundada en 1957, y Patricia Lee Refo, presidenta de la American Bar Association (ABA), la mayor asociación de abogados del mundo, creada en 1878.
En opinión de la presidenta de la ABA, “el sector legal en EE UU se encuentra en una buena situación. Hemos experimentado más cambios en los últimos 16 meses de los que posiblemente habríamos podido imaginar”. En este sentido, añade Cremades, “la pandemia ha demostrado que para la prestación de servicios jurídicos la presencialidad no es imprescindible”. Sin duda, añade este experto, “la tecnología ya está cambiando la forma en la que se imparte justicia”. Así, explica Lee Refo, “muchas de nuestras actuaciones judiciales han pasado a producirse en remoto durante este tiempo, algo de lo que se han derivado algunos beneficios”, como el ahorro de tiempo y de costes. Pero, añade, “creo que la pregunta que ahora debemos hacernos es cuáles de esos cambios debemos conservar, porque hay otros aspectos de nuestro trabajo que resultan difíciles de realizar en remoto”.
Ese incremento de la práctica de actuaciones virtuales, ya sea procesal o no, ha hecho que la ABA se haga más rigurosa en su exigencia de que los abogados dispongan de un nivel de competencia tecnológica para realizar adecuadamente su trabajo. En este sentido, Lee Refo señala que “los abogados tienen una obligación, vinculada a su responsabilidad, de ser competentes en el manejo de las tecnologías que utilizan en la práctica de su trabajo”, una obligación que va desde la ciberseguridad a cómo utilizar las herramientas tecnológicas para relacionarse con sus clientes, para hacerla mejor y más fácil.
Precisamente, muchas de las ventajas que ofrece la tecnología para el trabajo de los profesionales del derecho se ven oscurecidas por la amenaza de la ciberdelincuencia y de las medidas que se exigen para combatirla. Una amenaza que se ha vuelto a poner de manifiesto recientemente, ante los nuevos ciberataques sufridos por diversas empresas norteamericanas, y que en el caso de los bufetes resulta particularmente crítica si se tiene en cuenta, como destaca Patricia Lee Refo, “el tipo de información que manejan los despachos de abogados, que en muchos casos es extremadamente sensible y confidencial”. Por ello es necesario que las firmas legales cuenten con sólidas medidas de protección para asegurar que cumplen con su responsabilidad ante sus clientes.
En este sentido, Cremades recuerda que la Comisión Europea prevé que el despliegue de las redes 5G aumente la exposición a ciberataques. Por ello, indica que “es necesario garantizar que nuestra privacidad esté protegida y que nuestros datos no sean utilizados para tratamientos que no hemos autorizado”, en consecuencia, “debemos mantenernos vigilantes para que no perdamos el control de nuestra privacidad e intimidad”.
A este respecto, Patricia Lee Refo destaca que “ello no significa que el abogado tenga que ser un experto en ciberseguridad, sino que pueda disponer de personas que sí lo sean, cuando resulte necesario para garantizar aspectos como la confidencialidad de la información de los clientes”.
Uno de los temas más reiterados en los últimos tiempos es el de la presencia de la mujer en la profesión, en particular en altos cargos de la judicatura y de las firmas. Una situación que la pandemia ha complicado pues, como explica Patricia Lee Refo, aunque a lo largo de los últimos años se han hecho grandes progresos en esta materia, “nuestros estudios demuestran que las mujeres, especialmente las mujeres con niños, han sido desproporcionadamente afectadas por la pandemia”. Además, añade, las mujeres abogadas ganan menos que los hombres y están infrarrepresentadas en los puestos directivos de las grandes firmas.