La reforma de la Política Agrícola Común (PAC) acordada el pasado viernes entre los negociadores del Consejo (gobiernos) y el Parlamento Europeo ya tiene luz verde de los ministros de agricultura de la UE. Los Veintisiete han aprobado este lunes los tres reglamentos que permitirán impulsar una política más verde, justa y eficaz en el futuro, y que incluye por primera vez los llamados ecoesquemas para incentivar a los agricultores a utilizar prácticas agrícolas más ecológicas. La nueva PAC comenzará a aplicarse en 2023 y los gobiernos europeos tendrán hasta finales de este año para presentar ante la Comisión Europea los planes estratégicos nacionales.
“Es la mayor reforma de la PAC desde los años 90 y busca garantizar un sistema alimentario europeos más sostenible, justo e inclusivo”, ha celebro la ministra de agricultura portuguesa y presidenta de turno del Consejo, Maria do Céu Antunes. “Gracias a la reforma, la futura PAC mejorará el medio ambiente, el clima y el bienestar de los animales y será más favorable para los agricultores”, ha valorado el comisario de agricultura, Janusz Wojciechowski que ha recordado que el problema actual es que la agricultura “es cada vez más intensiva”, con un número de explotaciones agrícolas perdidas en los últimos años muy grande, en total, 4 millones de pequeñas explotaciones en 10 años. “Esto es negativo. Hay que protegerlas, darles una oportunidad, no solo de existir sino también de que se desarrollen”, ha indicado.
La principal novedad de la reforma gira entorno a la creación de los llamados ecoesquemas. Se trata de un nuevo instrumento destinado a incentivar y premiar a los ganaderos y agricultores que utilicen prácticas beneficiosas para el medio ambiente y el clima en su producción como el barbecho, la agricultura ecológica o de precisión entre otros. Quien opte por este tipo de prácticas podrá optar a más subvenciones que el resto. Según el reglamento, el 25% de las ayudas directas de la PAC -a medio camino entre el 20% que pedían los gobiernos y el 30% que exigía la Eurocámara- tendrán que estar destinadas a los ecoesquemas aunque habrá un período de flexibilidad durante los dos primeros años.
La nueva reglamentación también incluye exigencias para mejorar el apoyo a los jóvenes agricultores y pequeñas explotaciones, así como las condiciones de trabajo. Por ejemplo, no habrá un tope máximo de 100.000 euros por explotación, pero los Estados miembros deberán destinar al menos el 10% de los pagos directos nacionales a apoyar a las explotaciones más pequeñas. Además, un mínimo del 3% de los pagos directos deberá ir a ayudar a los jóvenes agricultores mientras que un mecanismo conectará, voluntariamente desde 2023 y obligatoriamente desde 2025, los pagos de la PAC de forma que sea más fácil castigar las vulneraciones de la legislación laboral y social.
“No ha sido fácil, han sido seis presidencias (europeas). Para España es un buen acuerdo. Hemos visto nuestros objetivos cumplidos”, ha valorado el ministro de agricultura, Luis Planas, que al igual que la presidencia portuguesa considera “histórico” el acuerdo porque supondrá un “cambio sustantivo” de enfoque en la gestión de la PAC, cuyo presupuesto para el período 2021-2027 ascenderá a 380.000 millones de euros, de los cuáles casi 47.000 millones serán para España. Planas, que ha calificado de equilibrada la reforma entre rentabilidad de las explotaciones y la ambición ambiental, ha indicado que el siguiente gran paso será trasladar a España el acuerdo logrado a nivel europeo con el objetivo de terminar de definir el plan estratégico nacional español que deben entregar al Ejecutivo comunitario antes del 31 de diciembre de 2021.
“Si hemos sido capaces de hacerlo en Europa espero y deseo que seamos capaces de hacerlo en España”, ha indicado. Aunque no hay fecha para la reunión con las CCAA, Planas ha anunciado que se pondrán en contacto en 48 horas para convocar una reunión sectorial. “Estamos viendo posibilidades de agenda y pasado mañana definiremos a fecha exacta, pero tendrá lugar en el mes de julio”, ha explicado.