Los dirigentes empresariales consultados coinciden en sus críticas a la decisión de la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, de acometer en septiembre la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), si el mercado de trabajo sigue mejorando como en los últimos meses. Calviño pasó así de aplazar la subida de esta renta a aceptar su incremento, tras consultar con la patronal y los sindicatos. Además, después de sostener un duro pulso con la vicepresidenta Segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que es una decidida partidaria de subir el SMI inmediatamente. Hay que recordar que la renta es de 950 euros al mes, y 13.300 euros anuales, por catorce pagas.
Sin embargo, los empresarios no están de acuerdo en subir ahora esta renta, de la que dependen alrededor de dos millones de trabajadores. “La mejora de las condiciones salariales es un objetivo compartido por todos”, dice José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España. Sin embargo, puntualiza: “Pero es indispensable que la recuperación económica se consolide y todavía persisten factores de incertidumbre, como, fundamentalmente, la evolución de las nuevas variantes del coronavirus y su incidencia en actividades esenciales como el turismo, el comercio y la hostelería”. Son los sectores más castigados por las decisiones del Gobierno, de las comunidades autónomas y de los países que más turismo emiten a España de frenar la movilidad nacional e internacional, y cerrar las actividades de ocio.
Otros empresarios se preguntan ¿por qué Calviño ha cambiado de opinión en un mes sobre la oportunidad de subir el SMI, cuando antes compartía la opinión de los empresarios? Así se expresan, Lorenzo Amor, presidente de ATA, la mayor organización de autónomos, y uno de los vicepresidentes de CEOE, y Francisco Aranda, presidente de la asociación UnoLogística. “Lo que hace un mes no era bueno para la economía [como la subida del SMI] ahora no puede ser bueno. Precisamente, cuando los contagios han aumentado otra vez, dentro de la quinta ola de la pandemia. Lo importante es vacunar y recuperar la economía cuanto antes”, dice Amor.
“Mi opinión es la misma que hace sólo unas semanas tenía la vicepresidenta Calviño. Es decir, resulta completamente inoportuno porque ahora la prioridad es la recuperación económica y salvar los empleos que están en suspenso con los ERTE”, dice Aranda que recuerda que, según el Banco de España, la subida en un 22,3% del SMI, en 2019, desde los 735 a los 900 euros mensuales supuso que dejaran de crearse en torno a 180.000 empleos. El mismo dato que cita Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, la patronal de la pequeña y mediana empresa, para subrayar la medida.
En efecto, todos los empresarios consultados advierten al Gobierno de que una subida del SMI ahora podría repercutir otra vez entre los jóvenes y los desempleados, que muchas veces unen ambas circunstancias en un trabajador.
Así, el presidente de Círculo de Empresarios, Manuel Pérez-Sala, argumenta que “los aumentos del SMI sólo deberían llevarse a cabo en momentos con un bajo nivel de desempleo, elevado crecimiento económico y creación de empleo. Un aumento de esta renta en las actuales circunstancias perjudicará especialmente a las pequeñas empresas, que son las que más están sufriendo esta crisis, aumentará el desempleo y dificultará la contratación de aquellos trabajadores con menor nivel de renta, como los jóvenes y las mujeres”.