El sector bancario empieza a recuperar el brillo perdido. Las menores provisiones, la mejora de los indicadores económicos y el alza de las rentabilidades en el mercado de deuda han servido de impulso a las subidas en Bolsa, un recorrido que parecía que empezaba agotarse en las últimas semanas a medida que crecen los temores de una vuelta a las restricciones para frenar la expansión de las nuevas variantes. Pero no todo lo acontecido en las últimas sesiones está siendo malo. La decisión del BCE el viernes de eliminar las restricciones al pago de dividendos y la recompra de acciones a los bancos a partir del 30 de septiembre es una buena muestra, una medida que sigue los pasos de otros reguladores como la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra.
Aunque el supervisor instó a las entidades a actuar con precaución, se espera que en el cuarto trimestre los bancos de la zona euro distribuyan 6.000 millones en dividendos, una cifra que en Bank of America elevan hasta los 13.000 millones, según las informaciones recogidas por Bloomberg. Margen para que las previsiones se transformen en realidad hay pues diez de las mayores entidades de la región custodian más de 22.000 millones de euros que podrían ser empleados para compensar a los accionistas. BNP Paribas, BBVA, Intesa Sanpaolo, ING y KBC son los bancos que cuentan con mayores reservas y los mejor posicionados para devolver el exceso de capital.
La medida no ha pillado por sorpresa al mercado y ejemplo de ello es el comportamiento en Bolsa de los bancos europeos. La decisión se conoció el viernes con los mercados europeos ya cerrados y se puso en precio el lunes, jornada en el que el índice bancario europeo se anotó un 2,17%, una corriente que ayer no logró mantener y en sintonía con las principales Bolsas europeas se dejó un 0,94%.
Nuria Álvarez, analista de Renta 4, afirma que era algo esperado porque, en un contexto de recuperación económica, el BCE no tenía razones de peso para alargar la limitación al pago de dividendos. “Para el sector es positivo, ya que puede ser un atractivo para el inversor desde un punto de vista de rentabilidad de dividendos”, añade.
Pero que se eliminen las restricciones no significa que la banca vaya a recuperar de golpe los niveles prepandemia. En declaraciones a Bloomberg, Kian Abouhossein, analista de JP Morgan, apunta que los dividendos de 2021 se normalizarán y que los pagos adicionales de 2020 podrían desembolsarse a partir del cuarto trimestre del presente ejercicio. Según cálculos realizados por el experto, se espera que los bancos europeos ofrezcan una rentabilidad del 7%, lo que equivale a un pay out del 60%, incluidas en estas estimaciones los programas de recompra de acciones, una práctica muy extendida en EE UU, pero que en Europa tiene una menor presencia.
Antes de ver cómo afecta el levantamiento de las prohibiciones al reparto de dividendos y a la evolución en Bolsa de los bancos de la eurozona, el comportamiento que sigan las entidades de Reino Unido y las previsiones que arrojen en las presentaciones de resultados pueden ser una primera aproximación a lo que está venir. Una semana después de que el Banco de Inglaterra levantara el veto, las firmas británicas se enfrentan al dilema de repartir el efectivo acumulado o esperar a ver cómo evoluciona la economía en un contexto marcado por la expansión de la variante Delta. Poco después de eliminar las trabas a la retribución al accionista, el organismo que dirige Andrew Bailey pidió sensatez y en las últimas horas crecen las voces que apuntan a posibles retrasos en el regreso de los grandes dividendos fruto de la incertidumbre que existe en referencia a la evolución de la pandemia.