En la última reunión de la mesa de diálogo, este miércoles, no se presentaron nuevos documentos, pero de la discusión se extrae la conclusión de que se deja caer el tope general del 15% de contratos temporales, que no distinguía sectores ni particularidades. Se buscarán frenos a la temporalidad que sean flexibles y variables por sectores. En la reunión se debatió a fondo sobre el polémico 15%. La CEOE habló de un trato distinto por sectores y los sindicatos de escalonarlo en función del número de trabajadores de la empresa. Como conclusión, el Gobierno afirmó en la reunión que dado que el 15% no generaba consenso presentarían otra propuesta.
Este jueves lo certificó en público la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, al afirmar que “todas las cuestiones se están negociando y discutiendo” y anunciando una nueva propuesta para la reunión de la próxima semana. La retirada del límite general 15% la publicó El País, y llegó después de unas declaraciones previas del secretario de Empleo, Pérez Rey, en que ya apuntaba disposición a acomodarse a los intereses de los interlocutores, variando o individualizándolo para que fuera “menos indiscriminado y más efectivo”.
Desde el Ministerio de Trabajo indican que no era su propuesta y que si la incorporaron en los documentos con fecha 11 de octubre, era a petición de los agentes sociales. Ahora mismo, la CEOE insiste en focalizarlo por sectores, los sindicatos dicen que no es su iniciativa, con lo cual el 15% se ha quedado sin padre ni madre, y con tantas críticas y ningún defensor, se la da por traspasado a mejor vida. Se intentará substituir con parámetros más flexibles y más sectoriales.
Además, la cifra tampoco contaba con el respaldo de los dos documentos que desde el martes se han convertido en las tablas de la ley del Gobierno. No se menciona ni en el acuerdo de coalición ni en el plan de recuperación. Ahí lo que se cita es la simplificación y la reorganización del menú de contratos, convirtiendo el indefinido en la regla general y limitando las razones válidas para usar los contratos temporales. Desde Trabajo, insisten en que su primera propuesta centraba el foco en la causalidad, como la fórmula de abordar el problema.
Si en las medidas para atajar la temporalidad la negociación está complicada, más despejado ha quedado el terreno en establecer la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa. La CEOE no lo acepta, pero los sindicatos y el Gobierno, éste de forma firme desde el martes, sí que lo apoyan. La propia Nadia Calviño lo citó explícitamente este miércoles al apoyar que los sectores fijen los salarios. “Tendremos que hacer que el convenio sectorial fije una base para el salario pero dejando que el convenio de empresa pueda dar la flexibilidad necesaria para el resto de elementos”, dijo Calviño refiriéndose a las subcontratas y las empresas multiservicios que con una competencia a la baja, han llevado a salarios pobres.
Otra cuestión son las indemnizaciones por despido que la reforma del 2012 rebajó de forma drástica. Por el momento, no se tocan. Ni aparecen en el acuerdo de coalición, ni se mencionan en el plan de recuperación y los sindicatos parecen ser conscientes que no es el buen momento de plantearlo.