Las demandas salariales en pleno repunte inflacionista –el IPC está situado en el 5,4%– están empezando a generar bloqueos en las negociaciones de los convenios colectivos de numerosos sectores y empresas y, en general, elevando la conflictividad laboral. Ante esta situación, el secretario general de CC OO, Unai Sordo, propuso ayer una solución: “Tratar de pactar incrementos salariales a dos o tres años, que impliquen la recuperación del poder adquisitivo, pero que se salgan de la tenaza de la coyuntura actual”, y evitar así los temidos efectos de segunda ronda en la inflación.
El líder de CC OO, que intervino en Nueva Economía Fórum, reclamó también que para acordar estos planes de subidas salariales a lo largo de varios ejercicios sería más que conveniente que las cúpulas patronales y sindicales se alcanzaran un quinto Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC), “que lance criterios a los negociadores de los convenios para que se pacten subidas (retributivas) a dos o tres años”, insistió Sordo.
Sin embargo, este guante no fue especialmente bien recibido desde el lado patronal, con quien los sindicatos deben negociar los convenios colectivos. De hecho, fuentes empresariales aseguraron que el repunte inflacionista es “absolutamente coyuntural” por lo que no debe trasladarse a los salarios ahora ni en un plan a dos o tres años. En consecuencia, desde la patronal tampoco ven adecuado empezar a negociar un ANC antes de saber cómo quedan normativamente las cuestiones de la negociación colectiva en la futura reforma del mercado de trabajo.
En cualquier caso, este orden que reclaman los empresarios no está siendo respetado por el día a día de las relaciones laborales. Así, Sordo advirtió ayer de que ya están surgiendo numerosos conflictos en las negociaciones de convenios como los provinciales de algunos sectores como la limpieza, los supermercados o instalaciones deportivas, entre otros.
Pero estas demandas salariales se unen con otras que están contaminando tanto la negociación colectiva como las conversaciones para la reforma laboral. Es el caso, por ejemplo, del sector de la hostelería donde hay varios convenios atascados por cuestiones retributivas, pero también por la existencia de vasos comunicantes con lo que se está negociando en la reforma laboral. En concreto en materia de contratación temporal y de prevalencia de convenios sectoriales sobre los de empresa.
Por ello, CC OO y UGT han convocado para este jueves, 16 de diciembre, una gran movilización, frente a las instalaciones patronales, en demanda del desbloqueo de la negociación colectiva. Estos atascos están provocados en un buen número de casos por demandas salariales no satisfechas, pero no solo por esa razón. Además, en esta protesta reclamarán también todas las reivindicaciones sindicales en materia de convenios que están negociando en la mesa de la reforma laboral.
Precisamente, Sordo elevó ayer el tono de esa mesa, poniendo varias líneas rojas y asegurando que el acuerdo no está ni mucho menos garantizado. Así criticó que se esté lanzando expectativas “excesivamente optimistas” respecto a la consecución de un pacto: no solo no está garantizado un acuerdo tripartito –Gobierno, sindicatos y patronal–, sino que tampoco está garantizado que se produzca solo entre el Ejecutivo y las centrales sindicales. “CC OO no está viviendo ningún idilio con el Gobierno”, dijo Sordo.
Llegados a este punto, el líder sindical enfrió la posibilidad de un consenso inmediato, al asegurar que “la negociación está en un momento clave, pero aún le quedan varios capítulos”. Y puso varias líneas rojas. “Si no se modifica la prevalencia del convenio de empresa, no va a haber acuerdo con las organizaciones sindicales”, advirtió. Y tampoco lo habrá si no se recupera la ultraactividad de los convenios, añadió. “Se pueden buscar fórmulas para desbloquear la negociación de convenios, pero hay que acabar con esa espada de Damocles que supone que si no se llega a un acuerdo ese convenio desaparece”.
El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, también echó ayer un jarro de agua fría sobre las posibilidades de un acuerdo inminente en materia de reforma laboral. En este sentido, defendió que su organización está dispuesta a hablar de cómo mejorar ciertos aspectos del mercado laboral, pero “para nada” se siente “concernida” por lo que pactaron PSOE y Podemos en el acuerdo de coalición. “Nosotros estamos comprometidos para hablar de mejoras, transaccionar ciertos temas y sobre todo de lo que se nos plantea en Europa –en referencia a la reducción de la excesiva temporalidad–, pero no estamos concernidos en absoluto por el acuerdo del gobierno de coalición”, señaló. El líder patronal se desvinculaba así de los compromisos adquiridos entre el PSOE y Unidas Podemos para recuperar la prioridad aplicativa de los convenios sectoriales frente a los de empresa o la vuelta a la ultraactividad, ambas cuestiones exigidas por los sindicatos.