Los empresarios pusieron ayer sobre la mesa del diálogo social para modernizar el mercado de trabajo su propia propuesta para la reforma que pide Bruselas antes de fin de año. Lejos de suponer un acercamiento de posturas, el texto de las organizaciones empresariales se aleja bastante de la última propuesta del Gobierno, que ya incluía cesiones a las partes patronales y sindicales.
CEOE-Cepyme rechazaron ayer frontalmente los planes del Ejecutivo para luchar contra los abusos de la contratación temporal. De lo primero que no quieren ni oír hablar los empresarios es de la medida de fijar porcentajes temporales en función del tamaño de las plantillas y defendieron la actual normativa en materia de contratación temporal, ni en términos generales ni sectoriales, según informaron ayer fuentes conocedoras de lo ocurrido en el encuentro que terminó a última hora de la tarde.
Los representantes patronales tampoco aceptan las limitaciones de los contratos temporales ni en materia de causalidad, ni de encadenamiento ni de duración de la relación laboral. Como alternativa, propusieron la creación de un solo contrato, pero con hasta seis causas de temporalidad distintas por motivos de producción, además de las ya previstas para contratas, subcontratas y licitaciones de la construcción (cuando no puedan considerarse personal fijo discontinuo). Junto a este contrato temporal, que se podría denominar de muy amplio espectro, mantendrían los contratos de interinidad con las mismas causas que plantea el Ejecutivo (reserva de puesto de trabajo, vacaciones, reducción de jornada y cobertura de vacante).
Asimismo, desmontan la idea del Ministerio de Trabajo de convertir en despidos nulos (y, por tanto, con reincorporación al puesto de trabajo) los de aquellos empleados temporales que se demuestre que tienen un contrato fraudulento porque no obedece a las nuevas causas que se establezcan para ello.
En cuanto a los contratos fijos-discontinuos, los empresarios pretenden que la modificación consista en que la inmensa mayoría de este tipo de contratos se canalicen a través de empresas de trabajo temporal (ETT). Es más, reclaman que estos contratos no computen de forma total ni para contabilizar la antigüedad del trabajador ni para calcular la representación de los trabajadores. Y añaden una petición: que la falta de incorporación de un trabajador fijo-discontinuo sea causa de extinción del contrato, explican las fuentes que han tenido acceso al documento.
El texto también enmienda los cambios propuestos por el Gobierno para corregir algunas cuestiones de la reforma laboral de 2012. Es el caso del artículo 41 sobre modificación sustancial de las condiciones laborales, oponiéndose a las cuestiones orientadas a reequilibrar el peso de los trabajadores en la negociación de la flexibilidad interna en las empresas.
Igualmente, manifestaron su deseo de mantener la prioridad aplicativa de los convenios de empresa, aunque con dos requisitos: cuando en conjunto y cómputo anual el convenio de empresa sea más favorable y cuando el convenio se haya negociado con la misma legitimación de la parte social que la que hoy se exigen para los convenios sectoriales.
Con todas estas iniciativas se pone de manifiesto que los intentos del Ejecutivo para atraer a la patronal al acuerdo han sido en vano. Así, no ha sido suficiente, por ejemplo, la propuesta de crear de un contrato fijo para la construcción en el que la empresa estuviera obligada a ofertar al trabajador una recolocación al término de la obra, pero que, al mismo tiempo pudiera extinguirse por causas relativamente fáciles (como que el trabajador no fuera el adecuado para el nuevo puesto ofertado).
Fuentes sindicales rechazaron enérgicamente las pretensiones empresariales. Si bien, reconocieron que la propuesta de CEOE en materia de subcontratación, aunque no acepta referenciar expresamente las contratas y subcontratas al convenio del sector, “si contiene elementos que permiten acercar posturas”, indicaban ayer estas fuentes.