La inflación pierde fuelle

La inflación pierde fuelle

La inflación, que se había instalado en una inusual moderación en Europa y en Estados Unidos, pierde fuelle a pesar de años de recuperación económica y creación de empleo, y de las políticas de bajos tipos de interés y liquidez abundante adoptadas por los principales bancos centrales. La globalización, la digitalización, la atonía de la demanda en países clave como Alemania y la precariedad laboral están detrás de este comportamiento, unos factores a los que se añaden ahora la desaceleración de la economía mundial y, de forma coyuntural, la contención de los precios del petróleo y las materias primas, según los expertos consultados.

La inflación interanual se situó en mayo en España en el 0,8%, siete décimas menos que en abril, por el descenso del precio de la electricidad y la menor subida de los carburantes. Si se eliminan esos elementos coyunturales, la inflación subyacente -que no tiene en cuenta ni la energía ni los alimentos frescos, los productos más volátiles- se desinfló dos décimas, hasta el 0,7%. En la zona del euro, los precios también se moderaron en mayo, ya que subieron una media del 1,2%, cinco décimas menos que en abril.

Incluso sin contar la evolución de la energía, la inflación en Europa está claramente por debajo del 2 % recomendado por el Banco Central Europeo (BCE). La inflación también es moderada en EE.UU., donde los precios subieron en mayo un 1,8%, dos décimas menos que en abril. La inflación subyacente se desaceleró una décima, hasta el 2%. La atonía de los precios no es una novedad en los países desarrollados, pero, al margen de Japón -que es un caso aparte-, suele coincidir con periodos de crisis.

En los últimos años, incluso antes de que la economía global empezara a frenar, la moderación de los precios ha sido la norma, a pesar de la conjunción de factores que en otras circunstancias habrían disparado la inflación: bajos tipos de interés, crecimiento sostenido y pleno empleo en muchos países.