Los grandes bancos europeos contabilizan cada año 20.000 millones de euros en beneficios, el 14 % de todas sus ganancias, en paraísos fiscales donde de media pagan por ellos un 12 % en impuesto de sociedades, muy por debajo de lo que tributan en los países donde tienen su sede. Según un estudio del centro EU TAX Observatory que será publicado el miércoles, algunos grandes bancos llegan a contabilizar más de un 50 % de sus beneficios en estas jurisdicciones pese a que de media solo representan un 4 % de los trabajadores, lo que sugiere que están trasladando las ganancias desde dónde realmente se realizan hasta países con impuestos más bajos para aligerar su factura fiscal.
Los autores, que han analizado la presencia de las 36 grandes entidades financieras europeas en paraísos fiscales entre 2014 y 2020, señalan que esta apenas ha variado en los siete años pese a que la Unión Europea obliga desde 2015 a los grandes bancos a proporcionar su información tributaria en cada país precisamente para evitar estas prácticas. Por ello, abogan por introducir un tipo mínimo de impuesto de sociedades a nivel global como el acordado en julio por 130 países de la OCDE para hacer menos atractivo el uso de estos paraísos fiscales. Calculan que fijándolo en el 15 % pactado estos bancos tendrían que abonar entre 3.000 y 5.000 millones de euros más en impuestos cada año.
De los 36 bancos analizados, solo nueve no declararon ningún beneficio en paraísos fiscales y, del resto, el porcentaje varía entre el 0,2 % de Handelsbanken y el 58 % de HSBC, a la que siguen Monte dei Paschi (55,5 %) y Standard Chartered (30,8 %) como los bancos con más presencia en estos territorios. De los cuatro bancos españoles estudiados, Santander (0,8 %) y BBVA (1,5 %) se sitúan en la parte baja de la tabla, mientras que Banco Sabadell y Bankia BFA no declararon ganancia alguna en paraísos fiscales, entre los que el informe incluye a Panamá, Gibraltar, Hong Kong o Bahamas y a socios comunitarios como Irlanda, Luxemburgo y Malta.
“Los beneficios declarados por los bancos en paraísos fiscales son anormalmente altos: de 238.000 euros por empleado, frente a 65.000 euros en países que no son paraísos”, apuntan los autores, para quienes “esto sugiere que los beneficios registrados en paraísos fiscales son fundamentalmente trasladados desde otros países dónde ocurre la producción de servicios”. Como ejemplos citan a HSBC, que declara un 60 % de sus beneficios en Hong Kong pese a que solo tiene allí al 15 % de sus empleados, o a Deutsche Bank, que registra un 22 % en Luxemburgo, dónde no llega al 1 % de los trabajadores, y un 34 % en Alemania, dónde tiene a más del 50 % de su fuerza laboral.
El nivel de tributación en estos paraísos fiscales es muy inferior al de otras jurisdicciones: del 12 % de media, frente al 21 % en el país sede de las entidades y al 23 % de otros terceros Estados. Panamá, Bermudas o las Islas Vírgenes británicas aplican incluso un tipo “cero”, mientras que en Irlanda no llega al 10 % y en Luxemburgo, el más alto, se sitúa en el 15 %.