Por ello, el mercado plantea incertidumbres para el medio plazo difíciles de descifrar, según reconoce el BCE en las actas de la pasada reunión del Consejo de Gobierno del 28 de octubre. El BCE insistió en su mensaje de que los factores que están impulsando los precios perderán efecto el año próximo, en que se espera los precios decaigan. La presidenta Christine Lagarde afirmó que ese diagnóstico “es el correcto” y ha reiterado que la previsión de inflación para el medio plazo se mantiene por debajo del objetivo de estabilidad de precios, del 2%. Así, el BCE prevé un IPC para la zona euro del 1,5% en 2023, según las estimaciones anunciadas en septiembre.
La institución actualizará sus previsiones de crecimiento e inflación en la cita de diciembre. Esa actualización será muy útil para decidir sobre la política monetaria del próximo año -la finalización del PEPP se espera para marzo, según reitera el BCE-. Pero las actas también reconocen que “los datos disponibles en diciembre no resolverán todas las incertidumbres alrededor de las perspectivas de inflación en el medio plazo”. “Se ha destacado la importancia de que el Consejo de Gobierno debería contar con la suficiente opcionalidad para tomar decisiones futuras de política monetaria, más allá de la reunión de diciembre”, añade el documento.
Isabel Schnael, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, también lanzó esta semana una advertencia a propósito de la dificultad de calibrar el alcance de las actuales presiones inflacionistas. Reconoció que “no creo que podamos decir realmente, sobre la base de los datos de hoy, lo que realmente va a suceder”. Y apuntó a ciertos riesgos estructurales en la subida de la inflación. “Estos factores estructurales son relativamente difíciles de capturar con nuestros modelos. Es muy posible que la pandemia también esté acelerando ciertas tendencias estructurales, y tenemos que ser conscientes de eso. Esto aumenta la incertidumbre en el futuro” añadió en una entrevista con Bloomberg.
El discurso oficial del BCE, en el que reitera que la inflación decaerá el próximo año, se ha desmarcado de hecho de las expectativas de los inversores y de las expectativas de inflación que maneja el mercado para el medio plazo. Las actas también señalan que los precios de mercado podrían estar reflejando en parte una mala interpretación por parte de los inversores de las condiciones en las que el BCE estaría dispuesto a subir tipos.