La economía de Estados Unidos (EE.UU.) ha dejado atrás las caídas que la colocaron en recesión técnica y volvió a crecer en el tercer trimestre un 0,6 %, según los datos de la Oficina de Análisis Económico (BEA) dados a conocer. El ritmo anual de crecimiento se situó además en el 2,6 %, según el primer cálculo oficial que hace esta oficina de la evolución del producto interior bruto (PIB).
La primera economía del mundo había registrado caídas del 0,4% y del 0,1% en los dos primeros trimestres del año, respectivamente, lo que se considera recesión técnica. l aumento del PIB de julio a septiembre fue posible por una mejora de las exportaciones y del gasto de los consumidores, así como de la inversión no residencial y del gasto público tanto federal como estatal y local, que compensaron en parte el decrecimiento en la inversión residencial y en otras inversiones.
En un análisis más detallado, la BEA muestra que hay muchos componentes de la economía que todavía no se están recuperando, como es el caso del consumo de los hogares en un momento marcado por la elevada inflación. La estadística explica que el gasto de los consumidores mejoró por el alza en servicios, como los gastos de salud o los viajes, aunque el consumo de bienes descendió. En este último caso se redujo principalmente en automóviles, y también el destinado a alimentos y bebidas.
En cuanto al aumento del gasto público se genera por el mayor gasto en defensa en el caso del Gobierno federal, y en la subida de las compensaciones a empleados por parte de los gobiernos estatales y locales. La bajada de la inversión residencial se notó en las construcciones familiares y en las menores comisiones de los vendedores inmobiliarios. Pero la disminución de las inversiones se reflejó en el comercio. La vuelta al crecimiento económico en este tercer trimestre se ha producido en un contexto marcado por la elevada inflación y las consecuentes subidas de tipos de interés o los problemas en la cadena de suministro, pero también por un desempleo bajo y un fortalecimiento del dólar.
La BEA no se aventura a calcular los efectos que estos factores, ya sean positivos o negativos, han podido tener sobre el PIB, y recuerda que se trata del primer cálculo sobre la evolución económica, que puede variar en los cálculos posteriores. En cualquier caso, el dato positivo conocido hoy, que supera las expectativas de economistas y mercados, da un respiro a la Administración que preside Joe Biden en un momento político clave, a menos de dos semanas de las elecciones de medio mandato.