Los impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social que trabajador y empleador abonan en España se elevan en 2021 al 39,3% de los costes laborales, ampliando a 4,7 puntos el diferencial con la media de la OCDE. La presión fiscal sobre el salario en España es del 21%, la tercera más baja de la UE. El incremento, de 0,28 puntos porcentuales frente al ejercicio anterior, contrasta con el leve retroceso, de 0,06 puntos porcentuales hasta el 34,6%, en la media de las economías desarrolladas, ampliando el diferencial entre ambos a 4,7 puntos porcentuales, la mayor brecha registrada desde 2014.
Así se deriva de los datos recogidos en el informe Impuestos sobre los salarios 2022, publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que revela que la evolución española se enmarca dentro de la tendencia internacional. El documento registra, de hecho, "un aumento de la cuña fiscal en la mayoría de los países de la OCDE en 2021, debido a que muchos países retiraron o redujeron las medidas establecidas para brindar apoyo a los hogares durante la pandemia". Así, explica, aunque la presión fiscal se incrementa en 24 de los 38 países analizados, la tasa media de la OCDE se ve rebajada por "descensos relativamente importantes de la cuña fiscal en un pequeño número de países en los que se establecieron nuevas medidas de apoyo para hacer frente al Covid-19 en 2021".
En términos generales, concluye, sin embargo, "el incremento de la renta de los hogares en 2021, junto con la reversión de políticas fiscales vinculadas a la pandemia, impulsó el aumento de los impuestos efectivos sobre los salarios en la OCDE" el año pasado, resume el organismo. "Esto supone un cambio de tendencia frente a 2020, cuando la pandemia provocó una reducción significativa de la cuña fiscal, definida como los impuestos totales sobre el trabajo pagados tanto por los empleados como por los empleadores, menos las prestaciones familiares, como porcentaje del coste laboral para el empleador", aclara.
A partir de ahí, prosigue, "en la mayoría de los países, el aumento de la cuña fiscal en 2021 ha compensado con creces el pronunciado descenso registrado en 2020 para varios tipos de hogares, y se ha observado un repunte de la cuña fiscal a niveles más elevados que en 2019 antes de la pandemia". En el caso de España, la cuña fiscal cedió en 2020 al 39% frente al 39,4% que registraba en 2018 y 2019, antes de la irrupción del coronavirus, con lo que el 39,3% recuperado en 2021 no llega a superar los niveles precrisis, pero se acomoda ya al umbral del 2017.
Pese a ello, el movimiento al alza frente al leve descenso de la media de la OCDE incrementa el diferencial a los 4,7 puntos, dos décimas por encima de la marca de 2019 y la mayor brecha registrada desde los 5,4 puntos de 2014. En paralelo, la cuña fiscal española recorta distancias con la de la media de los países de la Unión Europea recogidos por la OCDE, que en 2021 aumentó del 41,3% al 41,5%, lo que sitúa a España ya a solo dos puntos de distancia (la más baja registrada).
En términos comparativos la cuña fiscal española sobre los costes laborales totales se mantiene como la decimosexta más elevada de la OCDE. A la cabeza se sitúan Bélgica (52,6%), Alemania (48,1%), Austria (47,8%), Francia (47%), e Italia (46,5%), situándose por encima de España también Portugal (41,8%). Del lado contrario, los países con menor cuña fiscal son Chile (7%), Nueva Zelanda (19,4%), México (19,6%), Suiza (22,8%) o Corea del Sur (23,6%), destacando también por su escasa presión EEUU (28,4%), Reino Unido (31,3%) o Japón (32,6%).