Así se desprende del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (AICF) de 2021, elaborado por la Fundación para el Avance de la Libertad, Tax Fondation de Washintong D.C., en colaboración con Friedrich Naumann, Fundación Civismo, el Instituto de Estudios Económicos, la Fundación Mariana y el Instituto Oström. Para llegar a esa conclusión, el estudio ha analizado, comparado y clasificado 19 modelos, y no solo de su fiscalidad, también de la capacidad de atraer inversiones y de crear empleo, por lo que ha sido prioritario conocer cuánto se recauda y cuáles son los tipos impositivos.
En este balance, y mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acaba de anunciar la eliminación de todos los impuestos propios que le quedan a la región, la Comunidad de Cataluña se sitúa a la cola del resto de administraciones autonómicas con el mayor gravamen. Inmerso en potenciar su fiscalidad verde, Cataluña ocupa la última posición en el ranking, y lo hace desde 2018, con el mayor número de impuestos propios, concretamente 15. Entre ellos, un gravamen de protección civil, canon del agua, impuestos sobre las estancias en alojamientos turísticos, sobre la emisión de óxidos de nitrógeno de la aviación comercial, sobre las viviendas vacías o sobre bebidas azucaradas.
Con Madrid a la cabeza, Vizcaya, Álava y Guipúzcoa mantienen la segunda, tercera y cuarta posición, respectivamente, al no haber emprendido reformas fiscales importantes. Eso sí, aunque en 2021 las diputaciones vascas no han deflactado la tarifa del impuesto sobre la Renta, sí han elevado el límite establecido por debajo del cual no existe obligación de autoliquidar de 12.000 euros a 14.000 euros. En la parte de arriba, en quinto lugar, por debajo de Madrid y País Vasco se encuentra Canarias. Esta región pierde puntuación respecto a 2020, al no haber regulado una tarifa propia sobre el Patrimonio, de manera que se le afecta una nueva tarifa estatal.
Del otro lado, Cataluña, Valencia, Aragón, Asturias y Extremadura encabezan las comunidades con peor puntuación general. Según el informe, obtienen notas bajas en casi todos los componentes del índice, pero especialmente en los tres impuestos más importantes: Renta, Patrimonio y Sucesiones. En el caso de Cataluña, el índice remarca que la región cuenta con el doble de impuestos que la media. Además, observa grandes deficiencias en la estructura del impuesto sobre la Renta, Patrimonio y Sucesiones.
El suspenso de Valencia viene por la introducción de dos nuevos tramos en la Renta incrementando el tipo máximo hasta el 29,5%. También sube el tipo marginal máximo hasta el 3,5% en Patrimonio y reduce el mínimo exento. Asimismo, sin reformas en el impuesto de la Renta, Patrimonio y Sucesiones, Aragón, Asturias también se sitúan en el furgón de cola de la competitividad fiscal.