La primera jornada de comparecencias de altos cargos en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados con la que arranca la tramitación del proyecto presupuestario del Gobierno para 2022 ha comenzado y culminado este lunes arrojando crecientes dudas sobre las previsiones económicas sobre las que se sustentan. Así lo han manifestado tanto el responsable de inaugurar la sesión, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, como la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Cristina Herrero, al cerrar la sesión.
Herrero ha defendido que el papel de la autoridad fiscal es “revisar las previsiones de ingresos y gastos para ver si se sustentan en un escenario macroeconómico que no es realista”. Bajo este objetivo, ha recordado, “la Airef avaló el 21 de septiembre el escenario macroeconómico que acompaña a estos Presupuestos, alertando eso sí de los riesgos a la baja” y de la incertidumbre que rodea las cifras en la crisis pandémica. Un riesgo que ha acabado materializándose una vez conocida la revisión a la baja por parte del Instituto Nacional de Estadística INE) del cálculo de crecimiento de PIB del segundo trimestre del año, del 2,8% al 1,1%.
Como resultado, la Airef, que inicialmente vio factible la previsión oficial de que el PIB español avanzaría un 6,5% este año y un 7% el próximo ejercicio, ha terminado rebajando estos incrementos al 5,5% y el 6,3%, respectivamente. En el caso del año 2021, de la estimación de crecimiento inicial del 6,4%, la Airef resta 1,4 puntos por la corrección de Estadística; suma un 0,6% por la mejora del turismo y el consumo; rebaja otro 0,1% por el avance de los precios de la energía y asume que habrá unas milésimas de impacto de los cuellos de botella de las cadenas de valor, arrojando finalmente el 5,5% citado.
Para el año 2022, en el que estimaban un avance del 6,8%, se estiman dos décimas más de crecimiento al entenderse que la corrección del INE retrasa sus efectos positivos, pero desde ahí se rebaja un 0,2% por la previsión de que el turismo y el consumo no avancen tanto como se esperaba; se resta otro 0,3% por los precios de la energía y otro 0,2% por las cadenas de valor, hasta caer al 6,3% estimado. Más allá, la Airef limita a 0,7 puntos el impacto positivo sobre el PIB del Plan de Recuperación nutrido de las ayudas europeas, retrasando su efecto mollar a los próximos ejercicios, con una aportación de 2,5 puntos en 2022, de 1,7% en 2023 y del 0,9% en 2024.
A partir de ahí, la autoridad fiscal valora como factibles las previsiones emitidas por el Ministerio de Hacienda sobre la evolución de las cuentas públicas. En este sentido, asume que el déficit podría acabar 2021 en el 7,9% del PIB, mejorando el 8,4% que estima el Gobierno, y calcula un 4,8% para 2022, frente al 5% oficial. Eso sí, la Airef han incorporado en sus cálculos el efecto del fondo europeo ReactUE, pues descontarlo reduciría a 2,7 puntos la mejora del déficit del próximo año frente a los 3,4 que resultan de su estimación.
Del lado de los ingresos, Herrero espera menos aportación de cotizaciones e impuestos indirectos, aunque asume que serán mejores en los directos por la progresiva recuperación del mercado laboral. Como resultado, la autoridad fiscal estima que los ingresos supondrán en 2022 el 40,2% del PIB, frente al 39,8% que estima el Gobierno, diferencia que Herrero ha achacado básicamente a que el Gobierno espera que el tamaño de la economía sea mayor.
Del lado del gasto, la Airef cree que supondrá el 45,2% del PIB, en lugar del 44,7% que espera el Ejecutivo, si bien en este campo además del diferente tamaño de producto nacional bruto estimado por unos y por otros se teme un menor recorte del gasto. Del lado de la deuda pública, a la autoridad fiscal le preocupa la sostenibilidad a medio plazo. La Airef estima que a final de 2021 el ratio se situará próximo al 123% (sin bajar del 120% como estima el Ejecutivo) cayendo al 115,1% en 2022 (en línea con las estimaciones oficiales).