El presidente de Estados Unidos Joe Biden ha decidido renovar a Jerome Powell como presidente de la Reserva Federal para un segundo mandato, al tiempo que nombrará a la gobernadora Lael Brainard como vicepresidenta. Biden opta así por la continuidad en la presidencia de la Fed en un momento en que la economía del país afronta los mayores niveles de inflación de las últimas tres décadas.
“El presidente Powell ha ofrecido un firme liderazgo durante un periodo de desafíos sin precedentes, incluida la mayor contracción económica en la historia moderna”, señaló la Casa Blanca en un comunicado. La decisión de Biden reconoce la tarea desempeñada por Powell al frente de la Fed durante la pandemia, cuando el banco central activó la mayor batería de estímulos monetarios de su historia. Brainard había sonado como posible candidata a la presidencia, con un perfil mucho más del agrado del partido demócrata, aunque ha sido elegida finalmente para suceder en la vicepresidencia a Richard Clarida, cuyo mandato finaliza en febrero.
“Aunque aún queda por hacer, hemos hecho importantes progresos en los últimos 10 meses en facilitar a los estadounidenses la vuelta a sus empleos y en que la economía se reactive de nuevo”, ha señalado en declaraciones a los medios Biden, que reconoce la “decisiva” intervención que en ello ha tenido la Reserva Federal. La noticia de la reelección de Powell ha sido bien recibida por Wall Street, que ha abierto al alza. El dólar también reacciona fortaleciéndose frente al euro y el rendimiento del bono a 10 años se ha elevado ligeramente, hasta llegar a tocar el 1,6%.
La renovación de Powell deberá ser aprobada en el Senado, dividido a partes iguales entre demócratas y republicanos, pero donde el partido de Biden tiene el voto de calidad determinante para las votaciones. Powell, pese a su nombramiento por parte de Trump, contaría de hecho con el apoyo suficiente en las filas demócratas para contar con un respaldo político de cierto consenso. La propia secretaria del Tesoro y anterior presidenta de la Fed, Janet Yellen, ha dado su apoyo a la candidatura de Powell al frente de la Reserva Federal
Powell fue nombrado al frente de la Fed por Donal Trump en 2017 y tuvo que encajar las fuertes críticas del expresidente por su negativa a bajar tipos con el fin de favorecer las exportaciones, en plena tensión comercial con China. Tuvo que reivindicar así la independencia del banco central. Ahora afronta las presiones para acelerar las subidas de tipos después de que la tasa de inflación haya alcanzado en octubre en EE UU el 6,2% interanual, el mayor nivel en tres décadas. El mercado da por hecha la subida de tipos en EE UU el año próximo, aunque Powell insista en que las tensiones inflacionistas, aunque superiores a lo estimado, serán transitorias. Por lo pronto, la Fed ha comenzado este mes a reducir sus compras de activos, a un ritmo de 15.000 millones de dólares al mes.
Con el tándem Powell-Brainard, Biden lograría ahora cierto equilibrio de fuerzas en la influencia sobre la Fed de republicanos y demócratas. Brainard, nombrada gobernadora de la Fed por Barack Obama, cuenta con mayores apoyos en el partido demócrata y es destacada su posición de favorecer el objetivo del pleno empleo, uno de los mandatos del banco central junto a la estabilidad de precios. Su nombre había sonado para ocupar la vicepresidencia de supervisión bancaria, después de la retirada anunciada recientemente por Randal Quarles. Finalmente, ocupará la vicepresidencia ante el final del mandato de Clarida.