La afiliación a la Seguridad Social sigue en racha, eludiendo el impacto del encarecimiento de la energía y el alza de precios en general, así como el resto de efectos derivados de la guerra en Ucrania. Así lo ha asegurado hoy el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, quien ha avanzado que al cierre de junio el sistema habrá sumado otros 120.000 nuevos cotizantes en el mes. Ayer mismo el número total de afiliados se anotó otro récord al superar los 20,4 millones de trabajadores.

Aunque, sin desmerecer este dato, Escrivá ha hecho hincapié en la cifra que mide la afiliación de manera desestacionalizada –ya que depura los efectos del calendario y refleja mejor la tendencia del empleo– y que muestra que al final de junio el sistema tendrá 85.000 cotizantes más. Se trata, según ha insistido el ministro, en la mejor cifra desestacionalizada en cualquier mes de la serie histórica con la excepción de junio de 2005 (cuando se produjo la regularización extraordinaria de más de 700.000 inmigrantes) y en ese mes de 2021, condicionada entonces por el impulso generado por la salida de la crisis del Covid.

Este es el balance de afiliación a mitad de mes presentado hoy por el ministro de Seguridad Social, quien ha destacado también que la estadística sigue mostrando mejoras cualitativas en el nuevo empleo derivadas de la reforma laboral. En concreto, ha indicado que el 80% del stock de contratos existentes en el sistema son indefinidos, diez puntos más que antes de que entrara en vigor la reforma a principios de año.

Asimismo, Escrivá encuentra otro síntoma de mejora de la calidad en los nuevos puestos de trabajo en el hecho de que sean sectores como el de las profesiones científico técnicas o la información y las telecomunicaciones (que tienen 83.638 y 87.511 afiliados más que antes de la crisis, respectivamente) sean de los que más están creciendo en esta salida de la crisis.

No obstante, el ritmo de recaudación de los ingresos por cotizaciones se ha desacelerado ligeramente desde más del 9% al 8% en mayo, mientras que el gasto mantiene un crecimiento del 6% anual; aunque este freno no impide de momento, según ha dicho Escrivá, que vaya a cumplirse el objetivo de cerrar el año con un déficit del 0,5% del PIB.