Eso es lo que estima, al menos, el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según las previsiones del organismo dadas a conocer este miércoles, España cerrará el año 2022 con un déficit del 5,3% sobre el PIB que bajará hasta el 4,3% el ejercicio próximo. Por su parte, la deuda pública bajará al 116,4% y 115,9% del PIB en los mismos años. A partir de aquí, sin embargo, el fondo estima que el déficit se estanque en el 3,9% desde 2024 a 2027, mientras que la deuda pública se cronificaría en torno al 114% del PIB hasta el año 2027. Cabe recordar que el organismo incluye en sus cálculos el gasto asociado a la Sareb, un requerimiento que llegó desde Bruselas.
El estancamiento que constata el organismo resulta de la asimilación del "escenario pasivo" a la hora de hacer las estimaciones. Esto significa que, a falta de planes específicos y detallados de consolidación fiscal, el fondo entiende que la situación actual va a mantenerse en el tiempo. Sin embargo, desde el FMI no encienden todavía las alarmas. En el caso de España, reconoce el organismo, la reducción paulatina del déficit refleja tanto la recuperación económica española como la progresiva retirada de las medidas fiscales excepcionales decretadas durante la pandemia. A su vez, se espera a las medidas anunciadas por el Ejecutivo para reorganizar el sistema impositivo y mejorar la eficiencia del gasto público.
En comparación con otros países del entorno, los indicadores españoles que proyecta el FMI para el medio plazo son algo pesimistas. El déficit de la Eurozona, por ejemplo, cerrará 2022 en el 4,3%, pero se reducirá poco a poco para situarse por debajo del 2% ya en 2025. De las principales economías europeas, la española será la más ralentizada a la hora de reducir el déficit. En cuanto a la deuda pública, la Eurozona se colocará en torno al 90% del PIB. Únicamente Italia, con tasas superiores al 140% del PIB, registrará cifras peores a las españolas.
El FMI, en paralelo, pidió utilizar la fiscalidad para aumentar los ingresos de los países. En concreto, reivindicó el acuerdo global alcanzado recientemente por 137 estados para imponer una tasa mínima del 15% a las multinacionales, algo que podría aumentar la recaudación por estas vías en casi un 14% en todo el mundo. El pacto impulsado por el G7 y la OCDE, que actualmente está debatiéndose en el seno de la Unión Europea, aumentaría los ingresos de Sociedades en un 5,7% global y, potencialmente, en un 8,1% adicional por la reducción de la competencia fiscal entre jurisdicciones, uno de los objetivos del acuerdo. En total, un 13,8% más.
El fondo también pidió a los gobiernos centrar el tiro, al menos en el corto plazo, sobre las ganancias desmedidas de las empresas. En su informe, el FMI aseguró que cerca del 60% de los beneficios de las multinacionales pueden considerarse como "excesivos", algo que sucede, entre otras razones, porque las multinacionales pueden generar grandes ganancias sin presencia física y sin estar sujetas a impuestos. Según el organismo, estos grupos obtuvieron en 2019 beneficios por el 9,2% del PIB mundial y, de ellos, "una parte considerable, cerca de un 60%, son un exceso de ganancias".