La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha apoyado el creciente veto en el que trabaja la Comisión Europa de la energía rusa en respuesta a la invasión de Ucrania. Ribera, durante su intervención en la Reunión Anual que organiza en Barcelona el Círculo de Economía, ha destacado como una "oportunidad", la sustitución acelerada que se está realizando de los hidrocarburos de Rusia, a pesar de que España pone en riesgo el suministro de unos de los países desde donde más importa.
"Buscamos cómo desplazar de forma más rápida a ese importador de forma coordinada, a pesar de que al principio hubo una primera estampida; esto se ha paliado. Existe ahora una coincidencia en que, con rotundidad, no se va a caer en el chantaje de pagar en rublos, también las industrias, y en cómo reaccionar ante el veto de cada combustible: primero el carbón, ahora viene el petróleo y quizá el gas más adelante", ha apuntado. Ribera ha puesto el acento en que las prohibiciones de importación están siendo "escalonadas y con capacidad de [encontrar una] sustitución, al mismo tiempo que se evita la generación de efectos indeseados.
Tras la polémica con Argelia para no vender "ni una molécula" a Marruecos por la tensión que existe entre ambos países, y entre Argel y Madrid, a cuenta del apoyo de España a Rabat en la cuestión del Sáhara Occidental, y en plena presión de buena parte de los países de Europa Central, más dependientes de Rusia en el suministro de gas, Ribera se ha referido a la construcción del Midcat, el conducto que debería transportar gas entre ambos lados de los Pirineos a través de Cataluña.
La titular de Transición Ecológica ha apuntado que los costes no debería asumirlos solo España, sino que la Comisión Europa debería contribuir, dado que España no debería pagar íntegramente el beneficio que experimentarán otros países al incrementar su garantía de suministro.