De estos un 85,1% (57.156) son trabajadores autónomos, según los datos de la Seguridad Social. Las cifras de este año, sin embargo, son inferiores a lo habitual porque desde enero de 2022 para acceder a esta modalidad de pensión tiene que transcurrir un año desde la edad ordinaria de jubilación, por lo que no se están produciendo prácticamente nuevas altas
En cualquier caso, el volumen de estas jubilaciones sitúa España a la cola de los países de la OCDE en materia de compatibilización de salario y pensión, según desvela el estudio Prolongar la vida laboral: ¿Por qué? ¿Dónde estamos? ¿Cómo hacerlo?, elaborado por BBVA Research. Este documento recoge que apenas el 0,3% de los hombres y el 1,8% de las mujeres entre 60 y 69 años en España combinan la percepción de una renta salarial con una pensión. Esto contrasta con cerca del 20% de los varones estadounidenses, más del 10% de los trabajadores daneses o suizos y más del 15% de las trabajadoras estonias o de Estados Unidos. Si bien, estos países no cuentan con potentes sistemas públicos de pensiones como sí existen en Italia o Francia, donde este porcentaje está entre el 2% y 3%.
En cualquier caso, este trabajo del servicio de estudios de BBVA, realizado por Alfonso Arellano, Rafael Doménech y Juan Ramón García, aboga decididamente por la necesidad social y financiera de impulsar la prolongación de la vida laboral. Para ello, proponen tres escenarios de actuación con los que se pretendería elevar la actual tasa de ocupación de las personas de entre 65 y 69 años, que en España es del 8% frente al 27% del promedio de la OCDE o al 50% de Japón.
La primera de estas actuaciones según estos expertos sería, precisamente, incentivar más que los trabajadores de edad avanzada dilaten su vida activa, facilitando más la posibilidad de compatibilizar trabajo y pensión, aumentando su atractivo. Así, destacan, por ejemplo, algunos obstáculos a esta compatibilidad de la actual legislación, como que la parcial, entre otras cosas, exige contrato de relevo; la jubilación activa es incompatible con el anticipo del retiro y exige historiales completos de cotización (derecho al 100% de la pensión), así como que no permite la actualización de la pensión definitiva e impone una cotización del 8% a los jubilados.
En segundo lugar, este trabajo reclama "eliminar los obstáculos que entorpecen la retención y contratación de trabajadores de edad avanzada". Según los datos que maneja este estudio, las tasas de contratación de trabajadores con un año o menos de antigüedad en la empresa rondarían el 15% para trabajadores de entre 25 y 54 años y menos del 5% para aquellos entre 55 y 64 años. E, igualmente, la tasa de retención (medida por trabajadores que permanecieron en la misma empresa entre 2014 y 2019) fue de cerca del 70% para empleados de entre 45 y 49 años y del 65% para los de 60 a 64 años.
Finalmente, proponen impulsar la adquisición de nuevas competencias también entre los trabajadores de más edad, ya que en España la tasa de participación en actividades formativas relacionadas con el trabajo se desploma del 45% entre quienes tienen de 25 a 34 años al 19% entre 55 y 64 años.