El Gobierno echó a andar ayer la tramitación parlamentaria de su plan presupuestario para 2022 con la entrega del libro amarillo que lo contiene al Congreso de los Diputados. Las cuentas, que incorporan 27.633 millones de euros de las ayudas europeas, disparan a cifras inéditas el gasto social (248.391 millones, un 3,6% más) y la inversión (más de 40.000 millones, un 9,6% adicional). Más allá, los Presupuestos sirven para fijar un nuevo marco tributario para las empresas estableciendo un tipo mínimo del 15% en el impuesto de sociedades españolas que, según dejó caer Hacienda, permanecerá cuando España incorpore a su legislación el suelo global para multinacionales pactado por la OCDE.
El nuevo tipo mínimo de Sociedades que introduce el Presupuesto de 2022 impedirá a los grupos consolidados o empresas que facturen al menos 20 millones reducir su tributación por debajo del 15% de la base imponible, frente al tipo nominal de partida del 25% (un mínimo del 18% en el caso de banca y petroleras que parten de un 30%). Por el contrario, el acuerdo que acaban de sellar 136 países de la OCDE es el de fijar un tipo mínimo del 15% sobre el beneficio de las multinacionales que facturan más de 750 millones al año a partir de 2023.
Cuestionada sobre si el Gobierno ha valorado aplicar el 15% sobre las ganancias empresariales, en lugar de hacerlo sobre la base imponible (que supone una cuarta parte del beneficio), la secretaria de Estado de Hacienda, Inés Bardón, aclaró que “son cuestiones complementarias”. “El tipo mínimo que se establece en la Ley de Presupuestos es para las empresas dentro de nuestro territorio en el ámbito del impuesto de sociedades y lo que se está debatiendo en la OCDE es de cara al conjunto de jurisdicciones en las que trabajan nuestras multinacionales”, aclaró. Fuentes del ministerio aclararon después que España adoptará el acuerdo internacional global cuando la UE lo haga suyo y que a priori no supondrá acabar con el sistema nacional que echaría a andar en 2022.
“Lo que se plantea en estos Presupuestos son ajustes sobre algunas figuras tributarias. Algunos pueden pensar que son eufemismos, pero si revisan las cifras de recaudación verán que son ajustes”, dijo Montero, tras detallar que el tipo mínimo del 15% nacional apenas aportará 400 millones de ingresos de 1.070 empresas (que prácticamente se ingresarán en su totalidad en 2023 cuando llegue la liquidación). “Cuando hagamos una reforma fiscal en profundidad lo diré y haré pedagogía porque creo que la fiscalidad es uno de los instrumentos más importantes de cohesión territorial de un país y necesitamos que sea justa y progresiva”, aseveró Montero. De momento, alegó “la reforma del impuesto a nivel internacional tiene que ser mucho más ambiciosa que lo que nosotros hemos puesto ahora mismo en el Presupuesto”.
A partir de ahí, defendió, “el gran problema del impuesto de sociedades viene de la mano de la acumulación de los llamados créditos fiscales”, los derechos de las compañías a pagar menos impuestos por las pérdidas de ejercicios anteriores. Un campo, subrayó la ministra, en el que “las empresas no tienen un tiempo limitado para poder imputárselo y, lógicamente, los utilizan como mejor les viene a sus beneficios”. Es en este terreno, avanzó, donde espera que el comité de expertos para la reforma fiscal y la comunidad internacional aporten soluciones a medio plazo de cara a la reforma tributaria que Hacienda aspira a diseñar el próximo ejercicio. Montero, que recordó que sociedades recauda ahora la mitad que hace 15 años, acusó a los Ejecutivos del PP de haber convertido el impuesto en “un queso gruyere” a base de aprobar deducciones, reducciones y bonificaciones fiscales.
A la espera de avances en este sentido, los ministros de Finanzas del G20 secundaron ayer el pacto para fijar un tipo mínimo del 15% global para las multinacionales propuesto por la OCDE. El comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, calificó el paso de histórico y avanzó que la UE impulsará la medida en cuanto la OCDE la acabe de concretar. Más allá del tipo mínimo, la otra novedad del Presupuesto de 2022 en Sociedades es la reducción del 80% al 45% de los beneficios fiscales para empresas dedicadas a alquiler de vivienda, que elevará los recursos públicos en unos 21 millones. En total, se espera que el impuesto arroje una recaudación de 24.477 millones en 2022, un 11,8% más.
En paralelo, Hacienda espera que el IRPF recaude 100.132 millones, un 6,7% más, sin tocar el impuesto debido a la mejora de las rentas y el nivel de empleos, justificó Montero. Tampoco habrá cambios en el IVA, que ingresará 75.651 millones, un 9,5% más por la subida del consumo. De los impuestos especiales se espera obtener 21.843 millones, un 8,2% más. Destacan un alza del 5,5% en los ingresos por tabaco al predecir Hacienda una subida de precios tras varios años congelados; o un avance del 7% en hidrocarburos, que genera por sí solo la mitad de esta partida: 12.418 millones.
El impuesto especial de la electricidad, que aporta un 6,6% del subtotal, aportaría 400 millones extra. Montero aseveró, sin embargo, que el Presupuesto incorpora “holgura” suficiente como para extender si hace falta la rebaja fiscal sobre el precio de la luz aplicada este año. La rebaja del 21% al 10% del IVA eléctrico, la suspensión del tributo de generación eléctrica y la rebaja del 5,1% al 0,51% del impuesto especial sobre la luz han ahorrado a las familias unos 2.000 millones y el coste de un año extra para las arcas públicas oscilaría entre los 4.000 y los 5.000 millones.