El fin del estado de alarma y de las restricciones a la actividad y la movilidad impuestas durante la tercera ola del Covid-19, en el arranque del año, ha dado paso a un incremento de la recaudación fiscal que ha permitido contener el galopante déficit público español. En concreto, según los datos publicados este miércoles por el Ministerio de Hacienda, el agujero fiscal del conjunto de administraciones públicas cierra el mes de abril en el 1,81% del PIB, un 23,4% por debajo de los umbrales alcanzados un año antes, en pleno Gran Confinamiento.
El déficit del Estado, por su parte, cerró el mes de mayo en el 2,53% del PIB, un 6,3% por debajo de los niveles registrados un año antes, en las primeras y más virulentas semanas de pandemia en España. “Continúa la senda de descenso del déficit del Estado iniciada en abril como consecuencia de la reactivación económica por el avance del proceso de vacunación” explica Hacienda, que recuerda que “los datos publicados siguen recogiendo el impacto en ingresos y gastos de la emergencia sanitaria y de las medidas aprobadas para mitigar las consecuencias sociales de la pandemia”.
La contención sobre el déficit público en lo que va de año, en comparación con el excepcional incremento de 2020, se logra porque el conjunto de los ingresos públicos aumenta un 11,1%, compensando un alza del gasto del 5,1%. Del lado de los ingresos, que ascienden a 69.464 millones de euros, destaca el comportamiento de los impuestos, que aportan un 16,8% más que el año anterior, pasando de 50.000 a 58.442 millones en los primeros cinco meses del año.
El principal incremento se da entre los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio, con un alza conjunta del 31,8%, que se explica fundamentalmente por el avance del 28% en el IRPF y del 43,4% en Sociedades. Del lado de los tributos sobre el capital, el aumento interanual es del 144,4%. La subida es del 10,5% entre los impuestos sobre la producción y las importaciones, con alzas del 13,5% en el caso del IVA.
Las cotizaciones sociales, por su parte, descienden ligeramente, con una reducción del 0,4%, que mantiene esta vía de ingresos en un nivel similar al del año anterior. Hacienda detalla también que “las rentas de la propiedad descienden un 7,5% respecto a 2020, como consecuencia del menor ingreso a cuenta de los dividendos del Banco de España y del descenso del 10,5% de los ingresos por intereses”. A su vez, los ingresos por la venta de bienes y servicios crecen un 34,4%, hasta los 703 millones de euros.
Los gastos del Estado, por su parte, ascendieron a 100.092 millones de euros, un 5,1% más que el saldo acumulado entre enero y mayo de 2020. “Este aumento se debe fundamentalmente a las transferencias entre administraciones públicas, que ascienden a finales de mayo a 62.002 millones, un 10,5% más que en 2020 y, principalmente, a las destinadas a los Fondos de la Seguridad Social, que han ascendido a 11.677 millones, 3.736 millones más que el año anterior”, justifica Hacienda. El Ministerio detalla que el gasto atribuible a la pandemia asciende a 5.074 millones, de los cuales 4.765 millones corresponden a transferencias a las comunidades autónomas, mientras que otros 308 millones está fundamentalmente ligados a las vacunas.
Entre las principales partidas destaca la remuneración de los asalariados, que avanza un 3,2% hasta los 7.262 millones, tras incorporar el alza del 0,9% de 2021, sobre el 2% de 2020. Pesan también en este apartado los intereses devengados (9.576 millones, un 3,7% más); la aportación a cooperación internacional (que crece un 21,5%); las prestaciones sociales (que avanzan un 3,6%, al incluir también la revalorización del 0,9% en las pensiones.