Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda en el Gobierno del PP, y Jordi Sevilla, exministro de Administraciones Públicas con el Ejecutivo del PSOE, chocaron frontalmente en cuanto a la necesidad de impulsar una reforma fiscal integral o una armonización tributaria autonómica, pero coincidieron en señalar que el pacto global de Sociedades tiene más importancia como símbolo que por su poder recaudatorio.
Los dos subrayaron la importancia del reciente pacto para impulsar un tipo mínimo global del 15% en Sociedades sobre todas las multinacionales, sellado por 130 países de la OCDE tras el impulso dado por EE UU y el G7. “Más allá de que se pueda concretar o no”, e incluso “del debate sobre si el 15% es suficiente, o sobre qué base se aplica”, Sevilla considera que con este pacto “empieza a cambiar el viento internacional” así como la gestión del capitalismo global. Montoro, a su vez, defendió que, “pese a las múltiples dudas sobre la configuración técnica de esas modificaciones, lo más importante es que conllevarán una mejora radical de la transparencia de estas empresas”.
Montoro recordó que Sociedades arrojaba 44.000 millones en 2007 pero que el uso de los créditos fiscales por las pérdidas de la crisis financiera ha rebajado su recaudación a 23.000 millones anuales, y a 16.000 con el Covid, desplazando el peso de los ingresos a otras figuras. El pacto global, advirtió, no permitirá “ni mucho menos” recuperar esos umbrales.
“España tiene un sistema fiscal propio moderno, que tenemos que seguir reformando y actualizando, pero no podemos plantearlo como si fuéramos a reinventarlo”, sostuvo Montoro, aseverando que la prioridad ahora es salir de una crisis que no ha tenido raíces económicas y que hay que hacerlo “sin crear figuras nuevas que traigan más impuestos, sino al contrario”.
“En España, en 2021, vamos a tener ingresos tributarios del conjunto de las administraciones públicas históricamente elevados, y en 2022 como nunca los habíamos visto. Por tanto, cuando planteamos reformas tributarias con motivo de la suficiencia de los ingresos no podemos olvidarnos de que nunca habíamos recaudado tanto”, añadió Montoro, asumiendo que “el desafío es ver que sean compatibles con crecimiento y creación de empleo sin perder la equidad tributaria”
Sevilla, por su parte, adujo que “hace falta una reforma tributaria profunda y reinventar el sistema. Nuestros hijos no contribuirán en los gastos del Estado en los mismos conceptos y de la misma manera que nosotros. No solo en España, a nivel general. La economía del algoritmo, las plataformas, el dato y la Inteligencia Artificial han hecho inútiles la mitad de los libros de economía que estudiamos”.
En su opinión, España debe mejorar el sistema tributario para que realmente pague más el que más tiene y para evitar que fiscalmente se penalice al trabajador frente a aquel que vive de las rentas, por ejemplo, de inmuebles heredados de su familia. “En el futuro habrá un traslado de la tributación de la renta a la de la riqueza, porque la renta es nómada, mientras que la riqueza es sedentaria y, por lo tanto, más fácil de gravar”, vaticinó.
A partir de aquí, aunque ambos coincidieron en señalar que los tipos reducidos de IVA son el gran beneficio fiscal que se ofrece en España, Sevilla da por hecho que habrá que revisarlos dentro de la evaluación del conjunto del sistema, y Montoro rechaza que se deban subir impuestos por esta vía.