El INE ha confirmado el frenazo que el episodio inflacionista del último año está suponiendo para la economía. El PIB español creció un 0,2% en enero y marzo respecto al trimestre anterior, una décima menos de lo estimado inicialmente. Es un sonoro frenazo respecto al 2,2% que creció el trimestre precedente, si bien en términos interanuales el crecimiento acelera, del 5,5% al 6,3%, por la comparativa con un primer trimestre de 2021 marcado por la variante ómicron y la tormenta Filomena.
Aunque la revisión sobre el crecimiento ha sido modesta, el INE sí ha revisado la composición. Según los nuevos datos, que tienen en cuenta variables (en particular de marzo) no contempladas en la estimación inicial, los hogares no han retraído su gasto tanto como se preveía. El consumo privado ha bajado el 2% trimestral, frente aún 3,7% previsto inicialmente. El descenso, aunque abultado, es inferior, de hecho, al registrado en el arranque de 2020. El cierre de marzo fue el pico de la tensión inflacionista en España, cuando los precios se dispararon hasta un 9,8% interanual.
Esta revisión positiva se ha compensado parcialmente con otra, en sentido contrario, de la inversión y con el sector exterior. La inversión en vivienda se ha frenado hasta crecer el 0,4%, y la empresarial menos de lo que se preveía (4% frente a 7,3%). La demanda nacional ha restado seis décimas al PIB, la mitad de lo previsto inicialmente, y la exterior ha sido menos positiva de lo que se esperaba.
En términos de empleo, la economía ha generado 934.000 puestos de trabajo a tiempo completo en un año, con un aumento del 5,3% sobre el año pasado. En cuanto a las horas trabajadas, una medida más precisa en la situación actual al tener en cuenta el impacto de ERTEs, restricciones y bajas laborales, han crecido un 7,5% sobre el año anterior y un 3,2% trimestral. En términos trimestrales, no obstante, la creación de empleo es del 0,5% a causa de la mayor duración de la jornada media. Estas cifras arrojan una caída de la productividad por hora del 1% y un aumento del 1,1% si se mide por puesto de trabajo. En ambos casos invierten la tendencia del trimestre anterior. Dado que la productividad por empleado crece el 1% y los salarios también, el coste laboral unitario apenas se mueve (-0,2%).