Después de un largo proceso de negociación internacional en el seno de la OCDE para la introducción del impuesto mínimo global de sociedades del 15%, las primeras estimaciones apuntan a que los ingresos fiscales de los estados aumentarían de forma sustancial. En un estudio presentado hoy por el EU Tax Observatory, un organismo independiente que trabaja para la Comisión Europea, revisó al alza todas sus previsiones anteriores y el resultado es que la recaudación fiscal en la Unión Europa se incrementaría con unos 80.000 millones de euros adicionales cada año, lo que supone un cuarto de lo que los estados europeos ingresan en concepto de impuesto de sociedades.
Los Estados Unidos se aprovecharían en menor medida de esta nueva recarga tributaria, al recaudar unos 57.000 millones de euros de más. Sin embargo, las cifras tienen trampa. En efecto, no hay que olvidar que la nueva ley introduce una larga serie de excepciones. Por ejemplo, los beneficios de las multinacionales que equivalen al 10% de los activos el primer año serían exentos. A partir de allí se tardarían casi 10 años en alcanzar la aplicación completa del nuevo tributo. Como consecuencia, las cifras finales serían algo menores. Europa perdería, respecto al incremento antes mencionado, 19.000 millones (un 23% menos) y otros 12.000 millones en la década siguiente, con un recorte de otro 14%. Al final los ingresos extra quedarían en 64.000 millones de euros.
Mona Barake, analista de EU Tax Observatory, invita a poner los datos en contexto. “Se podría haber hecho más y no introducir tantas excepciones, pero de otra manera un acuerdo internacional no hubiera sido posible”, comenta. “Aun así, este impuesto ha permitido alterar la planificación fiscal de las multinacionales en los paraísos fiscales, porque ahora deben informar de dónde proceden sus negocios y acabar con aquellas sedes ficticias en el extranjero”, añade. Mientras los países ricos, dónde formalmente tienen su domicilio las multinacionales, aumentarán con el nuevo impuesto sus ingresos tributarios, los estados menos avanzados, que atraían capitales extranjeros gracias a una legislación fiscal generosa, deberán reinventarse. O apostar por ofrecer servicios financieros o tratar de estirar las excepciones al máximo.
En un estudio anterior (a raíz de la investigación periodística de los llamados Panama Papers y Pandora Papers), el mismo organismo calculó que entre 2014 y 2020, los grandes bancos europeos colocaron 20.000 millones de euros cada año en paraísos fiscales y territorios de baja tributación, una cifra equivalente al 14% de sus beneficios totales. Entre las entidades españolas, salían BBVA, Bankia, Santander y Banc Sabadell. En lo que se refiere a España, los cálculos elaborados por el EU Tax Observatory arrojan unos datos muy superiores a los proporcionados por el Ejecutivo, que apostaba por recaudar 400 millones de euros anuales gracias al nuevo tributo mínimo del 15%. “A nosotros, si se computan 103 multinacionales españolas, nos salen 2.500 millones de euros de recaudación añadida, si se contabilizan los efectos de las excepciones”, sostienen.