El Gobierno, la patronal y los sindicatos negocian cómo dar forma a un contrato indefinido para el sector de la construcción. O, más concretamente, el modo de transformar en un modelo más estable el actual contrato fijo de obra. Una posibilidad es convertirlo en una fórmula de fijo discontinuo. Es decir, cuando la empresa siempre llama al mismo trabajador cada vez que hace frente a una obra. Que haya un compromiso del empleador con el trabajador, como de hecho están discutiendo el Ejecutivo, los empresarios y los sindicatos para el conjunto de los fijos discontinuos.
A pesar del nombre, el contrato fijo de obra no tiene nada de estable. Más bien, por regla general, el trabajador de la construcción, el albañil, salta de obra en obra a medida que tiene ocupación. Lo que ocurre es que su indemnización cuando termina el trabajo equivale a 27 días de salario por año de empleo en la empresa, o la cuantía proporcional al tiempo que haya estado en la empresa.
Esta indemnización es bastante más alta que la que reciben los trabajadores de todos los sectores en el despido procedente: veinte días de salario por año de servicio en la empresa, con un límite de cuantía de un año de salario. El secretario general de CCOO, Unai Sordo, confirmó hoy que la negociación sobre la reforma laboral ha abordado que los contratos en el sector de la construcción “no sean sistemáticamente temporales”. Es más, añadió que “es uno de los temas que podrían resolverse con acuerdo en las próximas fechas”.