Así lo demostraron ayer el Banco de España y la OCDE, que elevaron sus previsiones de crecimiento para este año, en una décima y un punto, respectivamente, dibujando una horquilla de avances de entre el 6,3% y el 6,8%. El país lideraría así a las economías desarrolladas en la remontada (aunque también encabezó la debacle). El Gobierno aprovechó la coyuntura para reeditar el cuadro de previsiones macroeconómicas el que sustentará su inminente plan presupuestario para 2022 y, si bien se mostró prudente al mantener el crecimiento anual esperado en el 6,5%, aseveró que la actividad económica diaria será ya similar a la prepandémica a finales de este mismo año.
“Antes de que acabe este año, la actividad económica diaria habrá recuperado los niveles previos a la pandemia. En el caso del empleo la recuperación será incluso anterior”, sostuvo la vicepresidenta primera del Gobierno, y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó el nuevo cuadro macroeconómico. “Así que el primer trimestre de 2022 será el primero con un nivel de actividad superior a su equivalente de 2019 y no hay precedentes en nuestra historia económica reciente de una recuperación tan rápida”, reivindicó.
Conviene matizar que el hito que espera la ministra es la recuperación de los niveles de actividad diaria precrisis, pues el volumen de PIB prepandémico no se recuperaría hasta la segunda mitad de 2022. Después de todo, el Gobierno mantiene inalterada su previsión de que el PIB avance un 6,5% este año y un 7% el que viene. Pese a la ausencia de cambios en la superficie, la construcción de esas cifras sí que varía. El crecimiento del consumo privada salta ya del 7,3% al 8% y si el Ejecutivo no ha revisado al alza el avance del PIB es porque la formación bruta de capital fijo, es decir la inversión, en el ámbito de la construcción se desploma del 6,1% al 3%.
Calviño, en todo caso, quiso dejar claro que el avance de la campaña de vacunación; la reactivación económica en general y del turismo en particular, así como, sostuvo, las medidas del Gobierno para contener el golpe (como los avales del ICO; los ERTE o las ayudas directas) están contribuyendo a reimpulsar el gasto de las familias. “La reducción de la incertidumbre está permitiendo que los ciudadanos gasten parte del ahorro embalsado”, que llegó a alcanzar 50.000 millones de euros, dijo, lo que “hace prever una evolución positiva del consumo en los próximos meses”.
Coincide con este diagnóstico el Banco de España, que, con motivo de la publicación de su nuevo Boletín Económico, actualizó sus previsiones al alza asumiendo que el consumo está inyectando ya lo que las ayudas europeas tardarán más de lo esperado en aportar (ver información adjunta). “Revisamos al alza la previsión de crecimiento económico, básicamente por el incremento de PIB del segundo trimestre, que nos sorprendió, y que compensa la moderación de otros factores” económicos.