El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera necesario que España lleve a cabo un ajuste fiscal "discrecional" a partir del próximo año para impulsar la confianza de los inversores y así poder contener las presiones inflacionarias. En el conocido como 'Artículo IV', los técnicos del FMI emplazan a España a realizar una reducción "moderada" del déficit estructural primario de entre 3.600 a 6.000 millones de euros -entre 0,25 y 0,5 puntos porcentuales del PIB-.
El Fondo destaca en el informe que el plan presupuestario del Gobierno, que contempla una reducción del déficit estructural de 0,3 puntos porcentuales, es "apropiado", pero puntualiza que "la ejecución está sujeta a riesgos pues depende en parte de la continua solidez de los ingresos y de un menor gasto en medidas energéticas en 2023". Por ello, recomienda reemplazar las medidas generales por otras más focalizadas para poder incrementar el ahorro.
En este sentido, el organismo también aconseja al Ejecutivo a intensificar el ajuste fiscal a partir de 2024 a por lo menos 0,6 puntos porcentuales del PIB por año, es decir, unos 7.200 millones de euros, para reducir deuda y conseguir una posición fiscal "casi equilibrada" para 2030.
Con respecto al 'impuestazo' a la banca y energéticas, el FMI destaca que ante la previsión de que los precios de la energía permanezcan elevados para el próximo año, "recaudar ingresos temporales adicionales para financiar el apoyo a los más vulnerables es una estrategia bienvenida, pero el seguimiento del impacto de las medidas es necesario".
En concreto, el órgano dirigido por Kristalina Georgieva incide en la importancia de vigilar la incidencia de los gravámenes sobre la disponibilidad de crédito, los costes del crédito y la resiliencia de los bancos, así como sobre los incentivos a la inversión de las empresas energéticas. "Estas medidas deben ser temporales y no se deben considerar como un reemplazo de la necesaria reforma tributaria a medio plazo", agrega.
Una de las advertencias que lanza es sobre la evolución de la deuda pública. Tras reconocer que las finanzas públicas continuaron mejorando en 2022, lanza su alerta sobre la evolución de la deuda pública que sigue siendo elevada, por lo que recomienda un esfuerzo sostenido de consolidación para reconstruir el colchón fiscal.
Reconoce que la respuesta del gobierno a la pandemia "fue muy eficaz, pero a la vez costosa", y así cerró a finales de 2021 en el 118%. En cuanto a la reducción prevista del déficit fiscal en 2022 es el resultado de ingresos fiscales sólidos y de la retirada de las medidas relacionadas con el Covid, que exceden el coste de las medidas energéticas.
Así señala que la evolución de los ingresos fiscales se ha visto favorecida por el repunte de la actividad, la inflación elevada, un mercado laboral boyante, así como una elasticidad relativamente alta de los ingresos con respecto a la producción. Advierte, además, que el aumento sostenido de los tipos de interés incrementará la proporción de recursos destinados a pagos de la deuda, lo que reducirá el espacio fiscal.
El organismo dirigido por Kristalina Georgieva, considera que la decisión del Gobierno de elevar los ingresos públicos a costa de impuestos a bancos, energéticas y hogares de altos ingresos es algo "apropiado" en el contexto actual. El organismo alerta de que los nuevos impuestos a banca y energéticas se aplican sobre los ingresos y no sobre los beneficios, por lo que no tienen en cuenta los costes.
"Como se prevé que los precios de la energía permanezcan en niveles elevados el próximo año, recaudar ingresos temporales adicionales para financiar el apoyo a los más vulnerables es una estrategia bienvenida, pero el seguimiento del impacto de las medidas es necesario", señala. En este sentido, el FMI ha indicado que es "apropiado" subir temporalmente los impuestos a empresas y hogares de altos ingresos que se han visto menos afectados por la crisis energética para financiar el apoyo a los vulnerables.
El FMI ha revisado hasta el 4,6% el crecimiento esperado para 2022, tres décimas más que la anterior estimación. Para 2023 la previsión ha quedado situada sin cambios en el 1,2%. De esta forma se viene a confirmar la estimación ya lanzada por el Banco de España, de que la economía española no recuperará su nivel económico previo a la pandemia hasta comienzos de 2024. En cuanto a la evolución de la inflación prevé que se modere gradualmente en 2023, como consecuencia del alto nivel de base de 2022, aunque añade que es probable que la inflación general y subyacente permanezcan hasta 2024 por encima del objetivo del 2%.