El Eurogrupo decidirá en verano si reactiva las normas fiscales de la UE

El Eurogrupo decidirá en verano si reactiva las normas fiscales de la UE

El Eurogrupo camina por un sendero complejo. Se esfuerza por subrayar una y otra vez que debe evitarse una retirada demasiado rápida de los estímulos para mantener la respiración asistida a las economías europeas afectadas por la pandemia de coronavirus, y, al mismo tiempo, debe abordar el difícil debate sobre cómo abordar esa retirada de forma más o menos segura. Algunas voces dejan caer ya que va llegando la hora de ajustarse el cinturón fiscal. Pero el mensaje mayoritario es unánime. Lo señalaba este lunes antes de la reunión de los ministros de Finanzas de la Eurozona la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño: “Es importante no retirar antes de tiempo todas las ayudas”.

¿Cuándo es antes de tiempo? Sobre esa pregunta gira ahora el debate. Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo, señala ya una fecha: verano de 2021. Entonces llegará la hora de la verdad, ¿se mantiene activada la cláusula general de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, es decir, la suspensión de las reglas fiscales? ¿O por el contrario se camina hacia la reactivación de las reglas? ¿En qué condiciones? Donohoe ha explicado que para el verano se coordinará un enfoque común a la posición presupuestaria de la zona euro para el próximo año. Cuando la mayoría de ciudadanos europeos empiecen a estar vacunados y la economía europea comience a remontar, algo que la Comisión Europea espera que ocurra a partir de la segunda mitad del año, el presidente del Eurogrupo ha insistido en la necesidad de tener una hoja de ruta marcada por tres “C”: certeza, coordinación y consenso.

En Bruselas ese consenso se ve como el intento de evitar que se ajuste el cinturón antes de tiempo. Pero para Roma o Madrid puede ser un arma de doble filo: esa insistencia por la coordinación no puede esconder que la crisis del coronavirus ahonda las diferencias dentro de la Eurozona, y que el ritmo del ajuste no puede ser el mismo para unos y para otros, algo que está recogido en el propio mecanismo de la cláusula, que permite una senda fiscal revisada.

En todo caso, para algunas capitales, en 2022 no debería reactivarse el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y, como defiende Francia o España, deberían reformarse las reglas fiscales antes de que vuelva a ponerse en marcha. Eso significaría que el Pacto debería suspenderse de cara al año que viene. No es casualidad que fuentes del Ministerio de Economía admitan que la de Calviño sea una de las voces que más se alza pidiendo que se acelere el trabajo en esa reforma de las normas fiscales, aunque también saben que hasta que no se celebren las elecciones en Alemania cualquier avance será lento y complicado.

Por otro lado, tanto el presidente del Eurogrupo como Paolo Gentiloni, comisario de Asuntos Económicos, han señalado que, en todo caso, a medida que la recuperación se consolide los Estados miembros van a pasar del cheque en blanco en las ayudas a las empresas afectadas, a “medidas más específicas”. Eso tiene que ver con otro de los debates abordados este lunes: la retirada de las ayudas generalizadas a compañías europeas, lo que está generando las llamadas “empresas zombies”, compañías que no eran viables y que han podido seguir en pie gracias al reparto de ayudas de los Estados miembros. Según ha explicado en rueda de prensa el irlandés Donohoe, los ministros seguirán debatiendo sobre cómo diferenciar posibles empresas “zombie” de aquellas compañías viables durante el Eurogrupo de abril.