El consejo de gobierno del Banco Central Europeo arranca la temporada con la publicación de las nuevas proyecciones macroeconómicas y con la previsible actualización del programa de compras de emergencia (PEPP), que será escudriñado al milímetro para detectar cualquier mensaje que apunte en la dirección de una reducción de las compras de deuda (tapering), a imagen de lo ya realizado por la Reserva Federal de Estados Unidos.
El consenso del mercado cree que el BCE dará el paso y reducirá las compras de deuda netas mensuales desde los 80.000 millones de euros actuales a entre 70.000 y 60.000 millones, en línea con la mejora de las perspectivas económicas y “su voluntad de consumir la dotación del programa en su totalidad”, afirma François Rimeu, estratega sénior de La Française AM.
Una reducción que Sylvain Broyer, economista jefe de S&P para Europa, Oriente Medio y África, considera que “aunque podría parecer un aviso de tapering, no lo es. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, tendrá que afanarse y aprovechar la rueda de prensa posterior al consejo para convencer a los mercados de que no está reduciendo compras en este momento”. En la misma línea, desde La Française creen que “comunicar sobre una reducción del ritmo del actual programa de quantitative easing manteniendo un tono muy acomodaticio no será una tarea fácil” para Lagarde.
Desde Pimco, Konstantin Veit, gestor de carteras de la firma, avanza que la “continua preocupación por la evolución de la pandemia y las todavía débiles perspectivas de inflación a medio plazo hacen improbable una reducción más importante del apoyo a los flujos”. A esos 80.000 millones de euros mensuales del PEPP se suman otros 20.000 millones de euros más al mes en el marco de los programas ordinarios de compra de activos (APP). Una cifra conjunta que el experto de Pimco espera que bajen a 60.000 millones al mes en el segundo trimestre de 2022.
Sobre la evolución de los precios en la zona euro y su impacto en las políticas de la institución, Raphaël Thuin, responsable de capital markets strategies de Tikehau Capital, cree que “el regreso de la inflación tiene características más estructurales de lo que se admite ampliamente en el mercado”. Apunta además que, si el repunte económico sigue sorprendiendo al alza y si la inflación repunta a largo plazo, “los bancos centrales podrían verse obligados a acelerar su política de endurecimiento, corriendo el riesgo de asustar al mercado en el proceso”.
El encuentro, además, podría ser aprovechado por el BCE para que aclare el nuevo marco de política monetaria que anunció en julio, incluida su orientación futura sobre subidas de tipos, que no ha recibido un apoyo unánime, y las herramientas que se implementarán para lograr su objetivo de inflación, comentan desde Allianz Global Investors.