La estampida inversora en los fondos monetarios en marzo de 2020 fue una de las señales más claras del precipicio al que se asomaba el sistema financiero de la zona euro y uno de los claros peligros para la estabilidad financiera que forzaron la actuación del BCE en aquellos días. Los fondos monetarios son un vehículo clave para la financiación de la economía real, ya que invierten en las emisiones a más corto plazo lanzadas por gobiernos, instituciones financieras y empresas pero que ha demostrado ser altamente vulnerable en los momentos de más estrés del mercado.
La ESMA, el regulador del mercado financiero europeo, lanzó este pasado marzo una consulta para una posible reforma del mercado de fondos monetarios, que tienen un claro componente sistémico. Los fondos monetarios suponen un mercado de alrededor de 1 billón de euros y representan alrededor del 15% de la industria de fondos de inversión de la UE. Y el BCE ha publicado hoy un documento en el que da sus recomendaciones para evitar que se repitan episodios como los vistos en el estallido de la pandemia.
“El actual marco regulatorio de los fondos monetarios no considera suficientemente los riesgos de estas instituciones y su impacto en el mercado financiero y la economía”, señala el BCE. “En particular, el marco regulatorio está diseñado especialmente desde la perspectiva de la protección a la inversión y no garantiza de forma completa la resistencia del sistema”, añade el organismo que preside Christine Lagarde.
El BCE propone que los fondos monetarios eleven su exposición a la deuda soberana, mucho más líquida, en lugar de a los pagarés de empresa, y aboga también por establecer colchones de liquidez como medidas preventivas ante situaciones de estrés de mercado. “Es importante asegurar que los fondos monetarios son resistentes durante los períodos de estrés y no amplifican los shocks de liquidez. De hecho, deben ser lo bastante resistentes para seguir suministrando financiación a las empresas y liquidez a los inversores en períodos de estrés”, añade el BCE.
“Requerimientos más estrictos en la cartera, por ejemplo, con cuotas más elevadas para la inversión en deuda pública, podrían reducir el riesgo de liquidez en fondos que invierten de forma predominante en deuda privada y podrían mitigar el riesgo de vencimientos a gran escala y un shock de liquidez”, añade el BCE. La institución recuerda que en marzo de 2020 fueron precisamente los fondos monetarios con más exposición a deuda privada los que registraron más reembolsos y tensiones de liquidez mientras que aquellos centrados en deuda soberana permanecieron más estables.
El establecimiento de colchones de liquidez en los momentos de más estrés de mercado es otra de las principales propuestas del BCE. “Se debería solicitar a los gestores de fondos un uso activo de estos colchones en los momentos de tensión de mercado”, añade.