El BCE elevará el ritmo de sus compras de deuda para frenar a los bonos

El BCE elevará el ritmo de sus compras de deuda para frenar a los bonos

La rápida y notable subida de las rentabilidades de la deuda soberana, y la amenaza que ello supone para preservar unas óptimas condiciones de financiación frente a la crisis, es la protagonista de la reunión de hoy del Consejo de Gobierno del BCE. La institución ha reiterado en el comunicado posterior al encuentro su firme compromiso con garantizar unas condiciones de financiación favorables» en la zona euro y prevé elevar el ritmo de sus compras de deuda en los próximos meses, aunque sin dar mayores detalles.

«El Consejo de Gobierno espera que el ritmo de las compras en el marco del PEPP durante el próximo trimestre sea significativamente más elevado que en los primeros meses de este año», asegura el comunicado. El objetivo que reconoce el BCE es «evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación incompatible con el objetivo de contrarrestar el impacto a la baja de la pandemia en la senda de inflación proyectada». El anuncio ha provocado la caída inmediata de la rentabilidad en la deuda soberana, que se están estabilizando poco después.

Aun así, el BCE evita avanzar el consumo íntegro del programa extraordinario de compras antipandemia y tampoco concreta cuál será el nuevo ritmo de adquisición de activos ni cuál es nivel óptimo en las condiciones de financiación que pretende preservar la institución. La presidenta del BCE Christine Lagarde aseguró que la decisión de acelerar las compras se tomó por total consenso. Ir un paso más allá con una reacción más decidida exigiría al BCE salirse de la actual hoja de ruta, lo que requeriría un difícil consenso.

«Si las condiciones de financiación favorables pueden mantenerse con unos flujos de compras de activos que no agoten la dotación del programa durante el horizonte de las compras netas del PEPP, no será necesario utilizar la dotación íntegramente», añade el comunicado. Aunque, como ya anunció en la reunión de enero, el programa podría recalibrarse «si es necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables que contribuyan a contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de la inflación».

El mercado estaba expectante ante la respuesta del BCE frente al alza de interés de los bonos, sin que hasta ahora la institución hubiera dado señales de intención alguna de acelerar sus compras. De hecho, en las últimas semanas han descendido a niveles mínimos, por una cuantía semanal de en torno a 12.000 millones de euros.

«Si el alza de rentabilidades de los bonos persiste, puede provocar un endurecimiento prematuro de las condiciones de financiación que es indeseable», ha reconocido la presidenta del BCE, Christine Lagarde. También ha apuntado a un alza de las expectativas de inflación y a un alza de precios que considera transitoria, sin que la inflación subyacente aumente de forma significativa y sin que hayan cambiado las perspectivas de precios para el medio plazo avanzadas en diciembre, lo que continúa haciendo «esencial» los estímulos monetarios.

El BCE sí ha revisado al alza de forma notable su estimación de IPC para este año, que pasa del 1% al 1,5%, mientras que su previsión para 2022 se eleva en una décima, del 1,1% previsto en diciembre al 1,2%. Se mantiene sin cambios la previsión para 2023, del 1,4%, lejos del objetivo del banco central de que esté cerca, aunque por debajo, del 2%. Lagarde ha reconocido que la inflación de la zona euro podría alcanzar en la zona euro el 2% a final de año, aunque «por factores técnicos y temporales».

El BCE también ha ajustado mínimamente al alza su estimación de alza del PIB para este año, al 4%, desde el 3,9% de diciembre. El PB crecerá el 4,1% en 2022, una décima menos de lo esperado en diciembre, y el 2,1% en 2023, sin cambios respecto a diciembre.

Lagarde ha avanzado que la contracción económica registrada en la zona euro en el cuarto trimestre se prolongará al primer trimestre, también con retroceso del PIB, aunque la recuperación se consolidará en el conjunto del año. Pero no ha despejado sin embargo la gran inquietud de los inversores: cuál será el ritmo de compras de activos en el mercado para asegurar las condiciones favorables de financiación y qué se entiende exactamente por esas condiciones favorables. «No estamos haciendo control de la curva de tipos», ha zanjado Lagarde, que considera «conveniente» ir tomando decisiones trimestrales sobre el programa PEPP.