Los efectos de la guerra en territorio ucraniano están lastrando la recuperación de los países de la zona euro. La dependencia al gas ruso y a otras materias primas han provocado un alza en los precios en prácticamente todo el mundo impidiendo a las economías recuperarse de los efectos de la pandemia. Desde el Banco de España (BdE), a través de su Informe de Estabilidad Financiera de primavera, apuntan que el déficit y la deuda se situarán entre 2022 y 2024 sobre el 5% y el 115% respectivamente.
"El déficit de las Administraciones Públicas se redujo 3,4 puntos porcentuales en 2021, hasta el 6,9 % del PIB, y se espera que vuelva a hacerlo en 2022. No obstante, en ausencia de nuevas medidas y dados los mayores costes que supondrá el envejecimiento de la población, los niveles de déficit y deuda pública continuarían siendo elevados, lo que constituiría una fuente de vulnerabilidad para la economía española. Aumentos en los tipos de interés de mercado tendrían ahora un mayor impacto sobre la carga financiera de la deuda, debido a los mayores niveles de esta. En consecuencia, más a medio y largo plazo, se requerirá de un proceso de consolidación creíble y sostenido, que reduzca dicha vulnerabilidad", apuntan desde el supervisor.
En este informe, publicado el miércoles por la entidad reguladora, apuntan que, a pesar de que nuestra exposición económica con respecto a Rusia es muy reducida, "los riesgos asociados a los canales indirectos son muy relevantes, destacando los derivados del incremento de los precios de la energía y otras materias primas, y el posible deterioro macroeconómico asociado. Así, el inicio de la guerra en Ucrania ha aumentado las presiones inflacionistas a corto plazo y la probabilidad de que estas se vuelvan más persistentes", en el caso de que el conflicto bélico se alargue más en el tiempo; lo que es probable ante la falta de éxito de las negociaciones entre ambas partes.
Ante esta situación, la entidad presidida por Pablo Hernández de Cos urge al Gobierno la elaboración de medidas de consolidación fiscal para que España no entre en una situación de "vulnerabilidad". De este modo, el BdE se une a la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que lleva meses instando al Gobierno en ajustar los desequilibrios de las cuentas públicas.
"Cuanto más se tarde en anunciar medidas que contrarresten el actual déficit estructural y los crecientes gastos por el envejecimiento poblacional, más probable será que los agentes comiencen a desconfiar de la aplicación efectiva de dichas medidas o más probable será la aparición de una nueva perturbación económica negativa, a la que nuestra economía se enfrentaría con una limitada capacidad de maniobra", apunta el Banco de España.
Para el supervisor, el plan se debería basar en torno a los objetivos presupuestarios deseados. Las medidas, deberían "poner especial énfasis en la composición del ajuste entre los ingresos y los gastos, en tanto que esta resulta determinante para minimizar los efectos adversos sobre el crecimiento económico de una consolidación fiscal" y debería producirse con la mayor urgencia posible, lo que ayudaría a la credibilidad de nuestras políticas económicas.