Hace unos días las entidades financieras recibieron por sorpresa unas nuevas plantillas remitidas por la Dirección General de Supervisión reclamando información hasta ahora inusual. Su objetivo es conocer los planes que tienen los bancos en el desarrollo de plataformas digitales y en el servicio y negocio de las criptomonedas en los próximos años. Fuentes del Banco de España, de hecho, aseguran que la pretensión de reclamar ahora estos datos es conocer “la evolución del modelo de negocio de las entidades y el impacto que en el mismo puede tener el proceso de digitalización e innovación financiera en marcha”.
“Se debe empezar a conocer el apetito que las entidades españolas puedan tener en entrar en la comercialización de este tipo de productos, en particular, en el futuro próximo una vez que se apruebe el reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a los mercados de criptoactivos y por el que se modifica la Directiva (UE) 2019/1937 (el reglamento conocido como MICA)”, añaden las mismas fuentes.
Los nuevos requerimientos de información que reclama ahora el Banco de España coinciden con la expansión de BBVA a Italia con una plataforma digital, o de Banco Santander, con varias plataformas. Ambas entidades, además, han comenzado a dar los primeros pasos para operar con criptomonedas, bien permitiendo su comercialización u operativa a través de su plataforma, caso del banco que preside Carlos Torres, o Santander, banco que a mediados del próximo año comenzará a comercializar criptos a través de fondos de inversión cotizados, como explicó a este periódico el responsable de banca privada, seguros y gestión de activos, Víctor Matarranz.
El supervisor, así, reclama a la banca por primera vez si tiene previsto comercializar productos u ofrecer servicios a los clientes a través de una plataforma digital en los próximos tres años; los países en los que opera dicha plataforma, su marca, y el volumen de negocio que pretende captar con ella en el trienio, así como sus proveedores.
Pero el listado de datos que pide al referirse a las criptomonedas es muy superior. Quiere que la banca detalle pormenorizadamente las actividades que llevará a cabo con bitcoin en los próximos tres años, como emisiones de tokens, si realizará actividades de custodia, trading, ejecución de órdenes de clientes, asesoría, payment services, o wallet interface. Solicita una descripción de las relaciones de negocio con proveedores de servicios de criptomonedas; si participa en alguna fintech de criptomonedas; o si cumple con las recomendaciones del FATF-GAFI (sobre blanqueo de capitales) de identificación de órdenes y destinatarios de las transferencias de estas divisas virtuales. Reclama también la exposición del banco en concreto en cripto.