El absentismo laboral crece y se acerca a los niveles del estallido de la pandemia

El absentismo laboral crece y se acerca a los niveles del estallido de la pandemia

El fenómeno del absentismo laboral, que supone un problema para numerosas empresas españolas, con independencia de su tamaño y del sector al que pertenezcan, creció en importancia durante el último trimestre del pasado año. En esos tres meses, faltaron al trabajo una media de 1.186.000 empleados diarios, de los cuales sólo el 75% tenían una baja por incapacidad temporal. No sólo es que el número de empleados ausentes aumentara con respecto al trimestre anterior, que registró 1.097.840 diarios, sino que además el porcentaje de aquellos que no tenían baja -del 24% en julio, agosto y septiembre- aumentó en un punto porcentual. En términos absolutos, Cataluña con 216.882 trabajadores ausentes; Andalucía, con 181.989; y la Comunidad de Madrid, con 158.780, encabezan la lista por comunidades autónomas. Estas tres regiones concentran el 47% del total nacional, aunque sus tasas de absentismo no son las más elevadas del país.

Es la principal conclusión del informe sobre absentismo laboral relativo al último trimestre de 2021 realizado por Randstad Research, el centro de estudios sobre el mercado laboral de la empresa de recursos humanos, sirviéndose de datos del INE. Revela además que el absentismo, justificado con baja o no, fue responsable en ese último trimestre de la pérdida del 5,9% de las horas pactadas, cuando en el periodo anterior la tasa se situaba casi medio punto porcentual por debajo.

Para encontrar un dato superior a los 1,2 millones de absentistas del cuarto trimestre de 2021 hay que retroceder a los meses de abril, mayo y junio de 2020, con el estallido de la pandemia de Covid. Por aquel entonces, faltaban 1.294.000 personas al trabajo al día, y el porcentaje de horas perdidas se disparó hasta el 6,9%. Desde el segundo trimestre de 2020 los datos se habían ido moderando.

La explicación del centro de estudios al aumento de este fenómeno es la llegada de la variante Ómicron, la más contagiosa hasta la fecha y que fue responsable de que, en algunos momentos a finales de diciembre del año pasado, los casos diarios se contaran por decenas de miles. Por porcentaje de horas, las regiones en las que más se han perdido son Navarra, con el 7,9%; País Vasco, con el 7%; y Región de Murcia y Asturias, ambas con el 6,6%.

El efecto norte-sur, que normalmente beneficia a las regiones septentrionales en indicadores económicos destacados como la tasa de empleo o la renta, en este caso se invierte: el porcentaje de absentismo es mayor en el norte que en el sur. Dos regiones céntricas, Castilla y León y la Comunidad de Madrid, registraron las menores tasas, del 5%, seguidas por la Comunidad Valenciana, con un 5,2%.

La evolución del absentismo en los últimos años ha experimentado un par de cambios de tendencia. Con la pandemia, durante el segundo trimestre de 2020 se experimentó la mayor distancia entre el total de horas perdidas y las horas perdidas por bajas médicas, es decir, había una proporción mayor de horas perdidas sin justificar. La diferencia se estrechó en los trimestres posteriores, hasta llegar el cuarto trimestre de 2021, en el que la diferencia volvió a ampliarse de manera significativa. En concreto, las bajas injustificadas crecieron un 14,1% respecto al tercer trimestre. Navarra, Aragón y Región de Murcia tienen la mayor proporción de ausencias sin justificación, mientras que Castilla y León, País Vasco y Canarias, la que menos.

En opinión de Valentín Bote, director del centro de estudios de Randstad, los efectos del absentismo pueden llegar al punto de suponer una rémora en las expectativas económicas españolas. "Puede lastrar la recuperación económica en la que nos encontramos inmersos al no tener las empresas recursos para llevarla a cabo. Por ello, se hace necesario indagar las causas, por si determinadas medidas de conciliación o de motivación pueden paliar el absentismo", afirmó.