Un informe de la patronal de las agencias de colocación Asempleo apunta a estos parados de larga duración como el principal problema social del mercado de trabajo y señala a una mejora en las pasarelas de empleo como vía de solución. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha puesto el foco en esta situación y esta misma semana anunció un plan de empleo específico para los desempleados de larga duración, una cifra "inaceptablemente alta" y que afecta fundamentalmente a personas mayores de 45 años.
Según los datos de la encuesta de población activa (EPA), en el segundo trimestre del año había 1.395.500 parados de larga duración, es decir, que llevaban más de un año buscando un empleo y, de ellos, 721.100 tenían más de 45 años. Díaz, que convocará a los agentes sociales a una mesa de diálogo sobre este problema, señaló a la necesidad de concentrar medios y recursos para facilitar la transición de este colectivo hacia el empleo.
Según los datos disponibles en Eurostat, en España había 2,92 millones de desempleados en el segundo trimestre del año, una cifra que no se registraba desde 2008 y que refleja el buen comportamiento del mercado de trabajo en los últimos años, aunque persisten problemas que ralentizan la absorción del desempleo.
Y uno de ellos es el peso del desempleo de larga duración, es decir aquellos que llevan más de 1 año buscando empleo, y que en España según Eurostat -que rebaja sensiblemente los datos de la EPA-, son unos 1,2 millones de personas, el 41% de los parados en el segundo trimestre de 2022. De estos, hay casi 800.000 personas que llevan más de dos años en desempleo, los llamados parados de muy larga duración y, dentro de este colectivo, destacan los 354.300 que no han logrado un empleo en los cuatro últimos años.
En la comparativa por países, España ostenta el primer puesto en la clasificación del desempleo de más de 4 años, doblando la cuantía del siguiente país en la lista, Alemania, que tiene 153.900 personas en esta situación. Se trata de un colectivo, explica Asempleo, que tiene serias dificultades para encontrar un trabajo, con el riesgo a ser expulsados definitivamente del mercado y sin cobrar ningún tipo de prestación.
También influye la edad, ya que uno de cada tres desempleados, 909.300 personas, tiene más de 50 años y, por ello, mayores dificultades para reingresar al mercado de trabajo, por sus "mayores cargas familiares, menor movilidad laboral y posiblemente unas competencias desactualizadas", asegura Asempleo.