Y la situación es especialmente complicada para una de cada seis, en pobreza severa, que sobreviven con menos de 16 euros al día. En el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, Oxfam Intermón lamenta que los empleadores no están abonando las cotizaciones del 36% del trabajo del hogar y por tanto se está prestando en la economía sumergida, “lo que equivaldría a 2.600 millones de euros en salarios y a 820 millones de euros que está perdiendo la Seguridad Social”. “El colectivo de las trabajadoras del hogar y los cuidados es uno de los más golpeados por la precariedad y la pobreza en el mercado laboral de nuestro país”, señala Oxfam en el informe “Esenciales y sin derechos”, que lanza este martes.
De las más de 550.000 mujeres que trabajan en el empleo del hogar, superan el 32% las que vive bajo el umbral de la pobreza, frente al 12% del conjunto de personas asalariadas, según sus estimaciones. Con la pandemia, esa situación ha empeorado: en la primera ola se destruyeron tres empleos de trabajadoras del hogar por cada uno del conjunto del mercado. Así, se perdió el 8,3% del trabajo de este colectivo, frente al 2,6% del total.
“Hace un año, cuando por unas semanas todo se paraba, lo único que no paró fue el trabajo de cuidados; a pesar de su labor imprescindible y con un valor incalculable para que nuestra sociedad pueda avanzar, no tienen legalmente reconocidos los mismos derechos que el resto de las personas asalariadas”, denuncia la responsable de políticas públicas de Oxfam Intermón, Liliana Marcos. “Carecen de los derechos laborales esenciales como la prestación por desempleo, la negociación colectiva o la protección por despido, así como la prevención de riesgos laborales”, recuerda.
Oxfam Intermón pide que a la hora de reforzar el sistema de dependencia se tenga en cuenta a las trabajadoras del hogar y que se equiparen sus derechos al del resto de personas asalariadas. “Unas 85.000 se dedican a cuidar de personas dependientes porque el sistema público no llega”, por la infra inversión en la atención a dependientes y en cuidados de larga duración. Si pasaran a trabajar dentro del sistema de dependencia, el número de mujeres trabajando en asistencia domiciliaria aumentaría en un 47%, cuantifica. Para Liliana Marcos, “el sistema de dependencia descansa sobre un colchón de trabajadoras baratas”.
La vulnerabilidad de muchas trabajadoras provoca que ni siquiera se lleguen a cumplir los pocos derechos que tienen reconocidos. María, gallega, de 54 años y ahora en desempleo, explica a Oxfam que con la crisis han empeorado las condiciones laborales: “Siempre es peor. Abusan más. Yo ahora estoy sin trabajo y pregunto en mi entorno: todos los trabajos son sin seguro, sin contrato, incluso en el cuidado de niños y niñas. Si quieres, bien y si no, te dicen: pues mira, hay muchas mujeres así”.
En España, el 5% del total de trabajadoras es empleada del hogar, pero con grandes diferencias entre regiones. En la Comunidad de Madrid representan el 7,5% del conjunto de trabajadoras, mientras que en Canarias o Extremadura son el 2,9% y el 2,8%, respectivamente.
El informe explica que el empleo del hogar sigue considerándose como un “sector refugio” para las empleadas españolas en las regiones con menos dinamismo económico, aunque más de la mitad son trabajadoras extranjeras. De ellas, una de cada cuatro -unas 70.000 trabajadoras-, se encuentran en situación irregular.