Así lo explicó ayer el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en una entrevista en RNE donde dio algunas pinceladas de la propuesta que abordó su equipo ayer con los agentes sociales. La primera de ellas fue descartar la ampliación del número de años cotizados que se tienen en cuenta para calcular la pensión, de los actuales 25 últimos años de la vida laboral a los últimos 35 años, como se había barajado en alguna ocasión. "En ningún caso nuestra propuesta va a ser ampliar el periodo de cómputo a 35 años", dijo Escrivá.
Esta medida implicaría un posible beneficio para los trabajadores que en sus últimos años de carrera ven perjudicada su cotización, ya que se les tendrían en cuenta unos años anteriores, con mejores cotizaciones. Pero este colectivo solo representa aproximadamente a un tercio del total, según dijo ayer el propio Escrivá, por lo que, de aplicarse como norma general, perjudicaría a dos de cada tres futuros pensionistas que mantienen carreras que hasta ahora eran las habituales, de cotización creciente a medida que avanza su vida laboral, por lo que sus pensiones serían menores que con la fórmula de cálculo habitual.
Si bien esta medida supondría un ahorro de casi un punto de PIB en el gasto en pensiones a mediados de la década, algo que sí ha sido demandado en Bruselas que será donde se evalúe nuevamente las futuras medidas que se implanten en España como condición para nuevos desembolsos de los fondos de Recuperación de la UE.
A esto se debe añadir el rechazo frontal que manifestaron ayer los representantes sindicales y patronales en la reunión con la Seguridad Social a cualquier incremento de este periodo de cómputo, bajo el argumento, entre otros, de que no es una recomendación del Pacto de Toledo. En este escenario y descartada dicha ampliación, Escrivá deberá buscar la fórmula para solucionar el problema de este tercio de futuros pensionistas con empeoramientos de sus carreras de cotización en los últimos años. De momento, Escrivá mencionó ayer dos alternativas. La primera sería poder descartar alguno de los peores años de cotización de las carreras de los futuros pensionistas -aunque no dio ninguna pista de cuántos años podrían eliminarse del cálculo-.
Mientras que la segunda de estas opciones sería una mejora del tratamiento de las lagunas de cotización. En la actualidad a la hora de calcular la pensión, estas lagunas ya se compensan, regalando la cotización de las 48 primeras mensualidades en las que no se acrediten cotizaciones con el 100% la base de cotización mínima vigente en esos meses en que no hubo cotización de entre todas las existentes y, a partir de la mensualidad 49 sin cotizaciones, la compensación es del 50% de dichas bases mínimas. Cambiar este tratamiento con la compensación de mayores cotizaciones sería una de las posibilidades de reforma, según Escrivá.
La segunda propuesta que Escrivá discutirá con los agentes sociales, en las próximas reuniones que tendrán carácter semanal, consistirá en ampliar de forma progresiva la base máxima de cotización para que los trabajadores con mayores salarios aporten más. Esto, según el ministro, debe hacerse de forma "muy suave" para que las empresas se adecúen a las mayores aportaciones por estos empleados.
Y, en paralelo, las pensiones máximas deberán también aumentar porque, según Escrivá, las prestaciones máximas del sistema -2.819,18 euros mensuales en 14 pagas este año- "son relativamente bajas" en comparación con los países del entorno europeo, ha dicho el ministro.