La Comisión Europea espera poder transferir los primeros desembolsos asociados al fondo Next Generation EU durante los primeros días de agosto a los 16 socios que ya tienen aprobados sus respectivos planes de recuperación, entre los que se encuentra España. “Puedo confirmar que, efectivamente, los primeros pagos de prefinanciación están previstos para principios de agosto”, ha explicado la portavoz del Ejecutivo comunitario, Veerle Nuyts, durante una rueda de prensa de la institución celebrada este jueves.
La portavoz comunitaria, sin embargó, declinó detallar cuál será el calendario definitivo por el que comenzarán a llegar las primeras ayudas. España, en concreto, tiene asignada una prefinanciación de 9.000 millones de euros a los que luego podrán sumarse otros 10.000 millones antes de que termine el año. Este último tramo, como el resto que el país reciba hasta 2023, dependerá sin embargo del cumplimiento de una serie de hitos y objetivos a los que Madrid se ha comprometido ante Bruselas. Junto a España, el resto de socios que aspiran a recibir cuanto antes el dinero son Alemania, Francia, Italia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Grecia, Letonia, Luxemburgo, Portugal, Eslovaquia, Croacia, Lituania, Eslovenia y Chipre.
Varios de ellos, incluyendo España, ante la urgencia de recibir cuanto antes los fondos, han presionado a lo largo de los últimos meses tanto a la Comisión como al Consejo para acelerar la transferencia definitiva de los primeros pagos. El Ejecutivo comunitario, una vez que recibiese los planes nacionales, disponía de hasta dos meses para darles el visto bueno. A partir de ahí, el Consejo, que representa a los 27 socios, contaba con otros 30 días para dar el aprobado definitivo a cada plan. “La Comisión ha hecho todo lo que está en nuestras manos para acelerar este proceso”, dijo Nuyts.
Si se cumplen los plazos dados a conocer por la Comisión, los primeros pagos llegarán a los países poco más de un año después de que los 27 socios aprobasen el fondo de recuperación, compuesto por un total de 750.000 millones de euros que Bruselas está recopilando gracias a la primera emisión conjunta de deuda que lleva a cabo el Ejecutivo comunitario.
La prefinanciación de 9.000 millones de euros que recibirá España forma parte del paquete de transferencias directas que tiene comprometidas, y que suma casi 70.000 millones de euros a recibir en los próximos años. A partir de entonces, las capitales tienen la opción de recurrir a los créditos blandos, que en el caso español suman otros 70.000 millones de euros, hasta sumar un total aproximado de 140.000 millones.
España usará las ayudas para implementar programas de transición energética, movilidad sostenible, rehabilitación de vivienda, modernización de las administraciones públicas o digitalización de pymes, entre otras inversiones. Para ello, España también tendrá que abordar reformas de calado como la del mercado laboral, la de pensiones o la fiscal.