La Comisión Europea presentó esta tarde una propuesta legal para crear un tope de emergencia al precio del gas en el mercado de futuros TTF. La medida, vigente a partir del próximo año, será sometida al acuerdo de los Veintisiete en el Consejo extraordinario de Energía del próximo jueves. La medida, que estaría operativa solo por un año ya había sido adelantada hace pocos días, después del acuerdo entre líderes a finales de octubre.
El tope se activará si se cumplen dos condiciones: que el precio de los futuros de gas en el TTF a un mes rebase los 275 euros por megavatio/hora (MWh) durante dos semanas y que este incremento muestre una divergencia de más de 58 euros respecto a los precios internacionales de referencia del gas natural licuado (GNL) en diez jornadas consecutivas.
"No es una solución milagrosa, sino una poderosa herramienta que podemos usar cuando sea necesario", dijo a los periodistas la comisaria europea de Energía Kadri Simson. En el caso que estas variables se activarán, siempre de forma conjunta, la Agencia para la Cooperación de Reguladores Energéticos (ACER) publicará una nota de corrección de mercado en el Boletín Oficial de la UE, además de informar a los organismos comunitarios. El mecanismo se aplicará el día siguiente y cualquier orden por encima de los 275 euros no será aceptada en el mercado de Países Bajos.
El límite establecido toma como referencia el máximo histórico alcanzado el pasado mes de agosto, cuando el índice TTF alcanzó un récord de 349 euros/MWh. Sin embargo, los precios no permanecieron por encima de los 275 euros más de 10 días ni siquiera en ese contexto de máxima tensión. Es decir, nunca en la historia europea se han dado las condiciones para la puesta en vigor de esta medida.
El anuncio comunitario llega después de que Moscú anunciara una restricción adicional del escaso gas que llega a Europa a través de las tuberías ucranias. Esto generó que los precios del gas natural en Países Bajos saltaran un 7% hasta llegar a los 124 euros/MWh, aunque muy lejos de los extremos alcanzados en pleno verano.
Las autoridades comunitarias han intentado resaltar que el espíritu de la norma no es intervenir para " fijar los precios del mercado a un precio artificialmente bajo", como temían Alemania y Países Bajos, los grandes opositores a la norma. Simson destacó en rueda de prensa que se trata de "un mecanismo de último recurso para prevenir niveles de precios excesivos no alineados con los precios globales".
Bruselas también ha destacado que el tope al precio en el gas se limita a los mercados de futuro, el gas a entrega en un mes, con el objetivo de que los grandes operadores no tengan problemas en responder a la demanda. Así, las grandes firmas y los jugadores nacionales podrán realizar sin problemas operaciones inmediatas con los vendedores.
Para rebajar incluso aún más las expectativas, el texto oficial resalta que este mecanismo puede ser suspendido de forma inmediata en cualquier momento. De esta manera, la Comisión se reserva el derecho a suspender de forma automática la medida si existen problemas de suministro en el bloque o si identifica riesgos en "los esfuerzos de reducción de demanda, en el suministro dentro del bloque o de estabilidad financiera".