El BCE se enfrenta este jueves a una cita que según las últimas informaciones puede ser clave para el futuro de la política monetaria de la zona euro. Las declaraciones realizadas hace dos semanas por Mario Draghi no desvelaron las incógnitas. El presidente de la institución se limitó a afirmar que los tipos permanecerán en los niveles actuales una vez finalizado el programa de compra de activos. No obstante, el banquero italiano añadió que comunicaría cambios en la medida de la institución antes de que finalizara el año.
Acto seguido, Bloomberg y Reuters se apresuraron a señalar que el BCE estudia un recorte del programa de deuda de entre 30.000 y 40.000 millones al mes. Información que de ser cierta supondría un escenario más agresivo al barajado por el mercado hasta la fecha. Para compensar este tijeretazo, el organismo prolongaría hasta septiembre el programa de compra de activos, evitándose así un movimiento brusco para los mercados.
Con esta idea planeando sobre la mente de los inversores y después de que las actas de la cita de septiembre revelaran que se había discutido la retirada de los estímulos, las firmas de análisis han empezado a efectuar sus previsiones. Una de las primeras en actualizar sus estimaciones ha sido Nomura. El banco japonés baraja tres esquemas posibles sobre cómo se desarrollará el proceso de normalización monetaria.
El primero de ellos pasaría por un recorte del programa de compra de activos de los 60.000 millones mensuales a los 40.000 millones. De cumplirse este escenario, el Quantitative Easing se prolongaría hasta mediados de 2018. La segunda opción consistiría en un recorte de hasta 30.000 millones acompañado de una extensión del programa hasta septiembre. La tercera opción que maneja la casa de análisis consistiría en una reducción aún más agresiva (20.000 millones al mes) a cambio de prolongarlo hasta finales de 2018.
Los expertos de Citi coinciden en señalar que este mes se dan los ingredientes necesarios para que Mario Draghi avance los detalles del tapering. El departamento de análisis del banco estadounidense prevé una ampliación del QE en 150.000 millones de euros sin especificar la duración, frente a los 270.000 millones que supondría el recorte del volumen de compras en 30.000 millones mensuales y su ampliación hasta septiembre de 2018. La primera subida de tipos que prevé la entidad sería para mediados de 2019.
Fuente: Cinco Días
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