Lo que en un principio empezaron siendo problemas de demanda, derivados de las restricciones a numerosos sectores económicos y el temor a ciertas actividades sociales, se ha transformado en una crisis también de oferta, debido a que la liberación de la demanda embalsada durante el confinamiento y los distintos paquetes de estímulos públicos han superado con creces la capacidad productiva de muchas empresas, atoradas además por los cuellos de botella en la cadena de valor, como es el caso de la subida de precios de numerosas materias primas o la escasez de determinados bienes intermedios.
Y uno de estos cuellos de botella se encuentra en el mercado laboral, ya que el 27% de las empresas tiene problemas para encontrar mano de obra, de acuerdo con un informe publicado ayer por el Banco de España. Unos problemas que afectan especialmente a las empresas de agricultura, construcción, hostelería, información y telecomunicaciones, servicios de mercado y transporte.
En concreto, el 40% de las sociedades dedicadas a la agricultura declara dificultades para encontrar mano de obra cualificada, según refleja la Encuesta a las empresas españolas sobre la evolución de su actividad del cuarto trimestre del año, una cifra que casi triplica los niveles del año pasado (14%). Este sector va seguido muy de cerca por la construcción (39%), la hostelería (37%), la información y las telecomunicaciones (34%), los servicios de mercado (32%) y el transporte (31%). Y a lo largo del año esta escasez se ha ido intensificando, conforme el mercado laboral volvía a las cifras previas a la pandemia. De hecho, el número de empresas con problemas para encontrar trabajadores se ha duplicado en el último año, y el incremento ha sido generalizado en todos los sectores, salvo actividades administrativas.
La escasez de mano de obra puede llevar, a su vez, a otros problemas, ya que el texto alerta de que “estas tensiones están elevando los costes de las empresas con efectos sobre las perspectivas a corto plazo sobre su actividad y sobre los precios de venta de las empresas a lo largo del año próximo”. En otras palabras, la falta de determinados perfiles profesionales está provocando un cierto incremento salarial para atraer a estos trabajadores, lo que a su vez puede llevar a un nuevo encarecimiento de los precios de venta, ya elevados en los últimos meses por la subida de los precios de la electricidad, de las materias primas y de determinados componentes. Esto provocaría que la inflación, que se eleva al 5,6% pero todavía no es estructural, se viera alimentada por los efectos de segunda ronda, pudiéndose incluso llegar a enquistar en el medio plazo.