De abogado a socio: así se llega a la cima en diez años

De abogado a socio: así se llega a la cima en diez años

Mostrar compromiso con los valores de la firma, cursar un máster legal en el extranjero y contar con una cartera propia de clientes son los elementos más valorados para entrar en la sociatura de un despacho de abogados. La mayoría de los abogados comparte un sueño cuando cruza las puertas de un bufete por primera vez: alcanzar la sociatura.

De esto, y de cumplirlo, puede dar testimonio David López, socio de fiscal de Uría Menéndez. «Ha sido un camino exigente y lleno de retos y emociones; hay momentos complicados, pero muchas alegrías», comenta López sobre el recorrido que lo llevó a alcanzar la cima de uno de los tres mayores despachos del país.

Como en Uría Menéndez, la mayor parte de las grandes firmas del sector tienen establecido un plan de carrera que conocen todos y cada uno de sus profesionales y que está dividido en diferentes etapas. La última de ellas es la que va de asociado a socio y puede durar entre tres y siete años, ya que es la más compleja. Para alcanzar el último escalón en la cadena jerárquica de los despachos hay que rozar la excelencia en la resolución de casos difíciles con clientes y que los valores personales encajen como un guante en los de la firma que representa.

Sin embargo, los méritos a demostrar para pasar de asociado a socio varían en los despachos, sobre todo si se trata de un bufete nacional o internacional. En este sentido, el modelo clásico español lo representan Garrigues y Uría Menéndez. Ambos despachos, además de compartir los primeros puestos año tras año en el ránking de facturación, cuentan con unos planes de carrera similares.

Garrigues, la firma presidida por Fernando Vives, dispone de una estrategia de desarrollo divida en cinco niveles: júnior, asociado, asociado sénior, asociado principal y socio. Para ir superando cada una de las etapas -un periodo total de doce años- todos los profesionales se someten a un proceso de evaluación basado en los méritos personales. En la recta final para alcanzar la sociatura, que dura unos dos años, se valora, por encima de todo, la trayectoria en el despacho, el compromiso con la firma y la calidad técnica del abogado.