A 1 de enero de 2019 el país contaba con un total de 46,934 millones de habitantes, lo que implica un aumento de 276.186 personas durante el pasado ejercicio, un 0,59% más. De esta forma la población española marca niveles no vistos antes, tras superar los 46,818 millones registrados a 1 de enero de 2012.
El aumento de la población es fruto de un saldo vegetativo negativo de 56.262 personas (367.374 nacimientos, frente a 423.636 defunciones), que se ha visto compensado por un saldo migratorio positivo de 333.672 personas -hubo 643.037 inmigraciones procedentes del extranjero y 309.365 emigraciones con destino al extranjero-. De esta forma, el crecimiento de la población se justifica por el aumento de los extranjeros, dado que la población española se redujo.
La cifra de extranjeros se elevó en 285.554 personas el año pasado, hasta los 4,848 millones a 1 de enero de 2019, niveles no registrados desde el segundo semestre de 2013. Este incremento respondió, en gran medida, a un saldo migratorio positivo de 330.197 personas.
Por nacionalidades, los mayores incrementos de la población extranjera se registran en los venezolanos (47% más), seguidos de la población con origen en Honduras (32,4%), los colombianos (25,1%) y los peruanos (20,2%). Por contra, la población se redujo en el caso de los originarios de Ecuador (-3%), Bulgaria (-1,1%), Rumanía (-0,4%) y Alemania (-0,1%).
El INE ha publicado además datos de la estructura de la población en España que dan una fuerte señal del envejecimiento de la población. Así, la edad media, que no ha parado de aumentar desde que hay estadística (1975) se sitúa en los 43,4 años (42,1 para los hombres y 44,6 para las mujeres). En tan solo diez años, la media se ha elevado en 2,6 años. Pero se incrementa a 4,16 años desde 1999.