El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado sobre el riesgo de que la actitud positiva de los inversores se deteriore “abruptamente” debido a varios factores, en los que destaca una desaceleración del crecimiento más brusca de lo previsto.
La posibilidad de que la economía internacional se deteriore aún más de lo estimado, tras tres recortes en seis meses, “podría provocar un endurecimiento de las condiciones financieras conforme disminuyan los precios de los activos de riesgo, debido al debilitamiento de las perspectivas para las ganancias de las empresas”, enfatizan en la institución.
Además, el Fondo advierte de que un giro imprevisto hacia políticas monetarias menos acomodaticias en las economías avanzadas “podría desencadenar una revaluación de los precios en los mercados”. Además, la institución cita riesgos políticos como una escalada de las tensiones comerciales o un Brexit sin acuerdo, lo que podría “provocar un aumento brusco de la aversión al riesgo”.
El FMI explica que la nueva actitud paciente de los grandes bancos centrales, sobre todo la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, antes de aplicar más subidas de los tipos de interés “ha ayudado a que en el mercado perdure una actitud positiva, pese a las señales cada vez más claras de una desaceleración del crecimiento mundial”. En su informe de proyecciones económicas presentado ayer, el FMI ha recortado la previsión de subida del PIB mundial del 3,5% al 3,3%, con rebajas masivas en casi todos los principales países.
El Fondo recalca que, pese a la nueva política monetaria, las incertidumbres siguen acumulándose, especialmente en entidades soberanas, empresas e instituciones financieras no bancarias en países de importancia sistémica. “A medida que madure el ciclo de crédito, las vulnerabilidades del sector empresarial podrían amplificarse en caso de una desaceleración económica”, subrayan desde el Fondo, que celebra estos días su reunión de primavera en Washington.
El FMI identifica cinco grandes riesgos: la deuda del sector empresarial en las economías avanzadas, el nexo entre entidades soberanas y el sector financiero en la Eurozona, los desequilibrios financieros en China y su posible contagio, la volatilidad de los mercados emergentes y la subida del precio de la vivienda, que “ha generado preocupación ante la posibilidad de una corrección de los precios”.